El país de Sudamérica en el que puedes comprarte una casa con menos años de trabajo
Con la finalidad de tener una muestra homogénea, el Centro de Investigación de Finanzas de la Universidad Torcuato di Tella realizó el comparable en ciudades de características similares.
Poder tener una casa en la actualidad parece ser una meta cada vez más difícil de alcanzar a causa del factor económico. Sin embargo, este hecho varía respecto al país en el que te encuentres dentro de Sudamérica, de acuerdo al Relevamiento Inmobiliario de América Latina (RIAL), estudio que realizó el Centro de Investigación de Finanzas de la Universidad Torcuato di Tella.
De acuerdo a la propia web de la Universidad Torcuato di Tella, el objetivo de tener este relevamiento es “computar regularmente el valor de venta de un metro cuadrado de una unidad habitacional típica en las principales ciudades de la región”. Este estudio se publica dos veces al año y el trabajo de campo se realiza durante la última semana de marzo y septiembre de cada año.
Para realzar el cálculo de cuantos años se necesitan trabajar en cada país sudamericano antes de poder conseguir una vivienda propia, se tomó como referencia el sueldo mínimo que se da en cada nación, además de los diferentes precios de los inmuebles según la ciudad. Los resultados indican que el metro cuadrado en Latinoamérica se ubica en un rango entre los US$3.166 y los US$1.202.
Los resultados del comparativo revelaron el precio del metro cuadrado en ciudades de Latinoamérica. Foto: Universidad Torcuato Di Tella.
¿Cuál es el país en el que se trabaja menos años para comprar una casa?
Ecuador es el país de Sudamérica en el que se trabajan menos años para comprar una casa, con un total de apenas 22 años. Junto a este, los tres primeros puestos son completados por Uruguay, con 46 años, y Perú, con 64 años. Los resultados se han vuelto en información valiosa para el mercado inmobiliario, financiero y para el análisis de la economía dentro de los países.
Con 22 años de ahorro completo del sueldo mínimo puedes comprarte una casa en Ecuador. Foto: X/@nmas.
Por otra parte, el país de la región en el que más tiempo le lleva a sus habitantes ahorrar para poder adquirir un inmueble es Argentina, con no menos de 129 años de ahorro del 100% de la remuneración mínima. Cabe indicar que, con la finalidad de tener una muestra homogénea, el Centro de Investigación de Finanzas de la Universidad Torcuato di Tella realizó el comparable en ciudades de características similares.
Ecuador, quien encabeza el estudio, es uno de los países de Sudamérica que incrementó su salario mínimo en el presente año. La decisión del ministerio de Trabajo se dio a través de un acuerdo ministerial el 15 de diciembre del 2023. El sueldo base de la nación sudamericana pasó de ser US$450 a US$460, lo que registró un aumento de US$10.
Si bien Uruguay es el país de Sudamérica con mejor sueldo mínimo (US$570), no es la nación en la que menos años se trabaja para poder tener una vivienda. Esta situación se da por el elevado precio de los inmuebles dentro de la nación. De acuerdo al Relevamiento Inmobiliario de América Latina (RIAL), el precio del metro cuadrado en Montevideo supera los US$3.000.
Precio del metro cuadrado en Latinoamérica
- Montevideo, Uruguay: US$3.166
- Ciudad de México, México: US$2.948
- Monterrey, México: US$2.621
- Guadalajara, México: US$2.535
- Santiago, Chile: US$2.499
- Río de Janeiro, Brasil: US$2.401
- Buenos Aires, Argentina: US$2.358
- São Paulo, Brasil: US$2.283
- Lima, Perú: US$2.139
- Ciudad de Panamá, Panamá: US$1.761.
¿Cuál es el sueldo mínimo en Uruguay?
Desde el 1 de enero de 2024, el salario mínimo en Uruguay ha sido establecido en 22,268 pesos uruguayos por mes. Este ajuste se inscribe dentro de las políticas económicas del país para garantizar un ingreso mínimo a los trabajadores de todas las categorías laborales. El salario mínimo, también conocido como sueldo básico o ingreso mínimo, es la remuneración mínima que los empleadores deben pagar a sus empleados por su trabajo.
La determinación del salario mínimo en Uruguay, al igual que en muchos otros países, se dio gracias a negociaciones entre el gobierno, los sindicatos de trabajadores y los representantes de los empleadores. Este proceso busca equilibrar la necesidad de garantizar un ingreso justo para los trabajadores con la capacidad de las empresas para pagar estos salarios, sin afectar negativamente la creación de empleo ni la competitividad económica del país.