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Stan Larkin, el hombre que pasó 555 días sin corazón y vivió para contarlo

“Me sorprendió cuando los médicos comenzaron a decirme que podía vivir sin un corazón en mi cuerpo”, manifestó el joven. Incluso llegó a jugar baloncesto con sus amistades, lo que dejó muy impresionados a los médicos. Conoce este motivador y asombroso caso.

"Aunque no estaba pensado para que jugara al baloncesto, Stan empujó esta tecnología hasta sus límites", dijo Haft. Foto: Composición LR/Captura de YoutTube/Michigan Medicine/Universidad de Michigan.
"Aunque no estaba pensado para que jugara al baloncesto, Stan empujó esta tecnología hasta sus límites", dijo Haft. Foto: Composición LR/Captura de YoutTube/Michigan Medicine/Universidad de Michigan.

A Stan Larkin, un joven estadounidense de 31 años de edad, durante su adolescencia, los médicos le indicaron que padecía de una enfermedad genética cardíaca llamada miocardiopatía familiar, luego de que este colapsara sin previo aviso cuando se encontraba jugando un partido de baloncesto.

Debido a ello, a fines del año 2014 le extrajeron su corazón real, ya que se mostraba muy afectado. Así, luego fue reemplazado por una máquina que le permitió al hombre esperar pacientemente en casa por un donante, en lugar de en un hospital.

“Me sorprendió cuando los médicos comenzaron a decirme que podía vivir sin un corazón en mi cuerpo y que una máquina iba a ser mi corazón. Solo piénsalo: una máquina”, expresó Larkin.

En su parte, Jonathan Haft, cirujano médico y profesor de la Universidad de Michigan, fue el responsable de realizar la operación a Larkin, luego de estudiar su enfermedad, la cual le provocaba arritmias e insuficiencia en su corazón.

“Es una condición horrible de tener”, dijo Haft. “Pero la tecnología disponible que está evolucionando en el campo de la insuficiencia cardíaca es muy emocionante. (…) El corazón artificial total entra en esa categoría”, argumentó.

Tras ello, en noviembre de 2014, Haft le implantó temporalmente un artefacto en el Centro Cardiovascular Frankel de la Universidad de Michigan, este llevaba por nombre SynCardia Freedom Portable Driver. Una tecnología que mantuvo con vida a Larkin por 555 días sin su órgano cardiaco.

Luego de la exitosa intervención, Larkin tenía conectado perennemente en su pecho el objeto de seis kilos de peso, mismo que cargaba dentro de una mochila y que tenía la función de utilizar aire comprimido para reemplazar la función de un corazón humano al momento de llevar la sangre a todo su cuerpo.

Video: El País.

“Es como un corazón real”, dijo Larkin. “Está en una bolsa de la que salen tubos, pero aparte de eso, se siente como un corazón real (...) Parece una mochila con libros dentro, como si fueras a la escuela”.

“La mayoría de la gente tendría miedo de pasar tanto tiempo con (un corazón artificial), pero solo quiero decirles que tienen que pasar por el miedo, porque les ayuda”, contó Larkin a los medios locales.

Tras más de año y medio de portar con dicho dispositivo, en mayo de 2016 le llegó la noticia de que le trasplantarían un nuevo corazón. “Quiero agradecer al donante que se entregó por mí. Me gustaría conocer a su familia algún día. Ojalá quisieran conocerme”, contó Larkin.

Haft confesó que los doctores sabían de lo importante que era conseguir un trasplante de corazón, ya que temían que este no llegara a tiempo. Así, al final decidieron apostar por el órgano artificial externo, que resultó ser todo un éxito.

Por si fuera poso, Larkin llegó a jugar baloncesto con sus amistades, lo cual dejó muy impresionados a los médicos y a Haft. “Prosperó mucho con el artefacto (…) Aunque no estaba pensado para que jugara al baloncesto (…) Stan empujó esto hasta sus límites”, recordó Haft al medio local Science Daily.

Finalmente, Haft manifestó que esta tecnología ayudaría a muchos avances en el futuro, y que salvaría la vida de miles. Asimismo, agradeció a Larkin por haber dado a conocer su experiencia para concienciar sobre la importancia de la donación de órganos para salvar vidas.