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Mobutu, el corrupto líder africano que acumuló una fortuna más alta que la deuda externa de su país

Han pasado 25 años desde que Mobutu fue derrocado en Zaire, luego de tres largas décadas en el poder. Su fortuna se calculó en más de 5.000 millones de dólares.

En 1997, el régimen de Mobutu cayó. Foto: AFP
En 1997, el régimen de Mobutu cayó. Foto: AFP

Sese Seko Mobutu fue uno de los líderes africanos que por 32 años gobernó Zaire. Sus estrambóticas y crueles decisiones lo hicieron uno de los hombres más ricos de su continente y del mundo. Una de las fuentes directas de su riqueza fue el apoyo de las potencias occidentales durante la Guerra Fría.

Actualmente conocida como la República del Congo, este territorio no dejó que partidos de pensamiento izquierdista ganaran elecciones. Uno de estos políticos fue Patrick Lumumba, a quien asesinó Mobutu cuando apenas era un general de 30 años.

El militar se impuso y en 1965 llegó al poder. Mano dura, impiedad y avidez eran las características que mostraba la nueva autoridad. Debido a ello tuvo una habilidad para conseguir apoyo externo pues las potencias veían reflejado el control de Mobutu en la expansión de ideología comunista.

Tras dos años de haber llegado a la presidencia, Mobutu eliminó todo rastro republicano: desintegró el parlamento, no tomó en cuenta los preceptos constitucionales y centró el poder en él. El apoyo de países americanizados fue tanto que los jefes de estado de Francia y Estados Unidos, el rey belga y hasta el Papa Juan Pablo II lo homenajearon.

En 1971 decidió cambiar el nombre de su país por Zaire, asimismo, adoptó tendencias de vuelta al África. Se prohibió cualquier nombre que no fuera autóctono y hasta él mismo pasó a llamarse Mobutu Sese Seko Kuku Nbdengu Wa Za Banga que en español significa “El guerrero todopoderoso que va de conquista en conquista y que solo deja fuego a su paso”.

A estos cambios iniciales le siguieron las acciones políticas y económicas como el proceso de nacionalización que le permitió comenzar a expropiar empresas. Él y sus familiares se quedaron con las ganancias de estas empresas afectadas.

Mobutu se concentró también en su imagen, llevó al límite la exposición de su rostro. Había fotos de él en su despacho, en oficinas estatales y hasta en los billetes. Se llegó al extremo de que en los medios no se podía llamar por su nombre a las personas, solo al líder político se le podía nombrar.

Durante el manejo de Mobutu, Zaire no logró surgir a pesar de que este se hacía rico con los recursos naturales que poseía el territorio, como petróleo, uranio, carbón, minas de diamantes, estaño, oro, plomo y zinc.

Dentro de las excentricidades del líder africano podemos nombrar las construcciones de su ciudad llamada Gbadolite, que poseía helipuerto, dos piscinas olímpicas, sauna, salones de baile y una puesta de aterrizaje que fue la más larga del continente.

Cuando el régimen de Mobutu cayó en mayo de 1997, la ciudad fue olvidada. No hubo más financiamiento estatal, las construcciones fueron saqueadas y todo se deterioró. Zaire fue nombrada como se le conoce hoy en día: El Congo.