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“Crecí como una monja y mucho sexo”: la historia de una joven que sufrió abusos dentro de una secta sexual

Faith Jones, originaria de Estados Unidos, contó que le tomó varios años vivir en la sociedad normal antes de que pudiera mirar hacia el pasado en su vida.

Faith Jones posa para un retrato en el área de Red Springs de la zona de conservación de Red Rock en las afueras de Las Vegas. Foto: The Post
Faith Jones posa para un retrato en el área de Red Springs de la zona de conservación de Red Rock en las afueras de Las Vegas. Foto: The Post

En su libro Sex cult nun (Monja de culto sexual), la abogada estadounidense Faith Jones de 44 años cuenta todo acerca de su historia familiar y el abuso infantil que tuvo que vivir.

El diario The Post le realizó una entrevista luego de publicado su escrito, Faith declaró que 10 años antes de ejecutarlo fue a un retiro de meditación a las montañas de Sri Lanka, región situada en el continente asiático. “Soy el tipo de persona que tiene que estar ocupada todo el tiempo. Pensé: ‘¡Me voy a volver loca tratando de sentarme ahí durante ocho horas al día meditando!’”, confesó al medio.

Para su sorpresa, se sintió muy bien entre los monjes y monjas budistas, puesto que estos realizaban tareas domésticas y cantando escrituras todo el tiempo en medio de la nada. “Yo estaba como: ‘¿Por qué esto me parece tan familiar?’”, recordó Jones. “Y entonces me di cuenta. ¡Crecí así! Crecí como una monja, excepto que había mucho sexo de por medio”.

El “peor cumpleaños” de Jones en un complejo de Bangkok, donde la dejaron salir de la restricción del silencio durante unas horas para celebrar que se convirtió en mujer a los 12 años. Foto: Cortesía de Faith Jones al NY Post

El “peor cumpleaños” de Jones en un complejo de Bangkok, donde la dejaron salir de la restricción del silencio durante unas horas para celebrar que se convirtió en mujer a los 12 años. Foto: Cortesía de Faith Jones al NY Post

Fue en ese momento en el que decidió escribir sus memorias, en el libro describe su educación en el culto de Children of God, ahora llamado The Family. Este fue fundado por su abuelo y era reconocido por sus prácticas sexuales y acusaciones de abuso, incluso, se denuncia que fomentaban las relaciones sexuales entre niños y adultos.

A los 6 años, narra Jones, percibió una presión al creer en “la Ley del Amor”, misma que incita a las mujeres a mostrar el amor de Jesús sometiéndose al sexo con hombres.

Pudo escapar de The Family recién a los 22 años, pero le tomó mucho más tiempo aceptar que había sido víctima de un abuso. A esa edad pudo iniciar nuevamente su vida, lo que la llevó a obtener un título universitario en Derecho en la Universidad Berkeley Law.

“Cuando me fui, todavía no pensaba que lo que me habían enseñado estaba mal, necesariamente”, dijo. “Me tomó algunos años vivir en la sociedad normal antes que pudiera mirar hacia atrás en mi vida y decir: ‘Oh, eso es lo que pasó’”.

Jones nació en Hong Kong en 1977 y es la séptima hija de una familia polígama de los Hijos de Dios. Creció con seis medios hermanos mayores, dos madres (mamá Esther, la primera esposa de su padre, y mamá Ruthie, su madre biológica, una exhippie de Long Island).

La mujer relata que jamás asistió a la escuela de niña porque pasaba muchas horas al día rezando y haciendo las tareas del hogar. Su familia le decía que debía prepararse para el fin de los tiempos.

En un principio, su familia no contaba con baño ni servicios básicos, se bañaban en un barril. Pero al poco tiempo, el padre de Faith mejoró el lugar al construir casas de huéspedes, plantó un huerto y obtuvo un grupo de animales de granja. Así la propiedad se convirtió en una comuna religiosa en pleno funcionamiento.

“Estábamos en una orden religiosa, vivíamos en comunidad, sin posesiones, pasábamos horas en oración y lectura, haciendo proselitismo”, dijo Jones. “Pero la diferencia es que la mayoría de las órdenes religiosas prohíben el sexo; lo enfatizamos”.

Faith Jones (aquí con su hermana Jondy y sus hermanos pequeños) fue expuesta por primera vez a imágenes sexuales en sus libros para colorear. Foto: Cortesía de Faith Jones al NY Post

Faith Jones (aquí con su hermana Jondy y sus hermanos pequeños) fue expuesta por primera vez a imágenes sexuales en sus libros para colorear. Foto: Cortesía de Faith Jones al NY Post

El sexo formaba parte de todos los aspectos de su vida. Los dibujos animados eran de mujeres desnudas al igual que la literatura religiosa. En su libro escribe que “el Espíritu Santo fue representado como una diosa rolliza, ardiente y cachonda que vestía solo un bikini en forma de corazón sujeto con hilos de perlas. Los boletines informativos mensuales incluían fotos de mujeres en topless”.

Uno de los primeros libros que Jones adquirió para colorear fue de órganos sexuales y un dibujo de un “hombre desnudo y completamente excitado penetrando a una mujer que llevaba una corona de flores en la cabeza”.

“Nuestro sexo es nuestro servicio a Dios”, escribe. “Rechazar el sexo es ser duro y egoísta, no ceder a la voluntad de Dios. Y se espera nuestra absoluta obediencia”.

A principios de los 80, cuando Faith era todavía una niña, acudía a misiones de “pesca coqueta”, organizadas por su madre. Allí se pedía que las mujeres se “prostituyeran para Cristo, seduciendo a los hombres para la causa o al menos sacándoles favores”.

“Para mí, fue incluso un poco divertido porque podíamos ir a buenos restaurantes y viajar en autos lujosos”, narró. “Hacía cosas divertidas conmigo y me prestaba esa atención que no recibí de mi padre”, dijo Jones sobre uno de los asistentes. “Aunque a veces tenía que fingir que dormía mientras Ashok y su madre tenían sexo en la cama junto a ella”.

Ella pensaba en todo momento que debía hacerlo. “Nos dijeron que no teníamos derechos de propiedad sobre nuestro cuerpo, que pertenecía a Dios”, continuó. “Y eso permitió que ocurrieran todos estos abusos”.

En su texto redactó que cuando tenía 3 años, formó parte del video Asian Angels Vol. 1, en el que mujeres y niñas con poca ropa de las misiones asiáticas de The Family retrataban a diosas bailarinas sexys de los sueños.

También agrega que cuando cumplió 6 años su “tío Jeff” (los niños se referían a todos los adultos en el culto como “tío” o “tía”) “le mostró cómo complacerlo con sus manos”. “A los niños se les preguntó con qué ‘tía’ querían tener un momento sexy, y luego entraron en diferentes habitaciones e hicieron lo que el niño quería: sexo completo o solo abrazar”, escribe.

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Cuando Jones tenía 10 años, The Family quería controlar el sexo infantil. Una “tía Sara” llegó a la granja para implementar un horario rotativo de “intercambio” de sexo para sus adolescentes, cada uno se iba a la cama con alguien durante una hora. Jones aseguró que no tuvo relaciones sexuales, pero que sintió la presión de hacer “algo sexual” durante estas sesiones autorizadas.

“Debía aprender a ser sumisa y sumisa. Ese fue el momento más difícil para mí. Atacó todo mi sentido de individualidad, la humillación de eso”, añadió.

Años después, Jones pudo pasar un tiempo con su abuela en Atlanta, quien la llevó a la escuela por unos meses. “Descubrí que tengo este deseo insaciable de aprender, explorar, comprender”, recordó Jones. “Antes de eso, lo que aprendí en The Family estaba increíblemente limitado básicamente a las Mo Letters, y estaba muy aburrido. Eran las mismas cosas repetidas una y otra vez”.

Jones continuó siendo una verdadera creyente, y cuando su padre apareció en Atlanta, la familia regresó a Macao y luego a China. Pero ya había tenido la experiencia de una escuela real, así que se enseñó a sí misma matemáticas, inglés, estudios sociales y ciencias.

Tenía 16 años cuando tuvo relaciones sexuales con un chico fuera de The Family. Narró que mientras se acercaba a él, se decía a sí misma: “Esto es para Dios”.

“Me tomó mucho tiempo darme cuenta de que ser coaccionado para tener relaciones sexuales con alguien basado en que te digan que Dios te castigará, o por temor a la humillación, es lo mismo que una violación”, dijo Jones.

“Crecí como una monja y mucho sexo”: el relato de una joven que sufrió abusos dentro de un culto sexual

La nieta del líder del culto de ‘Children of God’, David Berg, contó que fue presionada para tener relaciones sexuales con hombres desde que tenía seis años. Foto: dailystar

Rebotó por Asia, sometiéndose a los caprichos de La Familia y al sexo no deseado, hasta que a los 22 años, en 1999, decidió irse y seguir una educación universitaria.

“No veía un futuro para mí que fuera atractivo en absoluto”, afirmó acerca de su decisión de dejar el grupo. “Estaba realmente infeliz. Incluso en ese momento, pensé, tal vez volveré “. Los padres de Jones, felizmente, apoyaron su decisión y su padre le consiguió un trabajo en un nuevo hotel en Macao para financiar su mudanza a los Estados Unidos.

Cuando salió del grupo por primera vez, dijo que se sintió presionada para tener relaciones sexuales que no quería porque, explicó, “no pensé que pudiera negarme”. Su primera pareja en la universidad la alentó a que hablara de sus experiencias en el culto, además, la ayudó a que se diera cuenta de que lo que le sucedió fue un abuso e incorrecto.

A sus 44 años, asegura sentirse feliz y tener un novio cariñoso. “Me siento muy cómoda con mi sexualidad. Definitivamente es parte de mi curación”.

Sus padres y sus hermanos también han abandonado la secta. Asimismo, se han disculpado con ella por el trauma que pasó.

“Por supuesto, experimenté enojo con ellos. Yo estaba como: ‘¿Cómo pudiste dejar que estas cosas sucedieran?’. Entiendo cómo la gente puede ser genuina y profundamente engañada. No cambia que la acción sea incorrecta o una violación, pero sí cambia la forma en que la percibo”.

Faith Jones

Faith Jones dejó la secta cuando tenía 22 años y estudió Derecho en la Universidad de Georgetown. Actualmente, es una abogada de éxito y una estratega de negocios que anima a las mujeres a encontrar su voz. Foto: dailymail

Jones ahora enseña a mujeres sobre cómo exigir la propiedad de sus propios cuerpos y brinda charlas con el título: “Soy el dueño de mí”.

“Espero que podamos hacer un cambio cultural en algunas de estas áreas de abuso y manipulación: los derechos de las mujeres y los derechos de los niños”, dijo. “Arrojo luz a partir de mis experiencias personales en este culto, pero estos temas son relevantes para todos”, finalizó.