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Fluyendo, la miniserie que resalta los aportes de refugiados y migrantes venezolanos en el Perú

Perú es el segundo país de Sudamérica, después de Colombia, que alberga el mayor número de venezolanos: 1 286 464 (con estatus migratorio regular) según la última actualización de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes (R4V).

Antonio Daza Ramírez es uno de los más de un millón de venezolanos que viven en territorio peruano y que trabaja honestamente. Foto: Familia Daza
Antonio Daza Ramírez es uno de los más de un millón de venezolanos que viven en territorio peruano y que trabaja honestamente. Foto: Familia Daza

Antonio Daza Ramírez es uno de los más de un millón de ciudadanos venezolanos que viven en territorio peruano y que trabaja contribuyendo al crecimiento económico del país. Pero también es uno de los protagonistas de Fluyendo, una miniserie de seis capítulos en formato audiovisual y en podcast, cuyo fin es poner en valor los logros y aportes que refugiados y migrantes de Venezuela han hecho al Perú en el ámbito laboral. Antonio conversó con La República sobre la aventura de ser un venezolano dedicado al arte en tierras peruanas.

De ingeniero civil a artista

Antonio tiene más de 60 años y era ingeniero civil, trabajaba en construcciones en su natal Venezuela. Él lleva en Perú alrededor de cinco años y medio, vino por una visita de un mes a su hija Jessica y se quedó. Siempre ha tenido vocación artística, facilidades para ciertas cosas relacionadas al arte y descubrió al llegar aquí que Jessica se encontraba trabajando en ese campo. Entonces decidió ayudarla y acompañarla. Actualmente, él y su hija pertenecen a un grupo que se llama La Plebe, donde narran cuentos musicalizados sobre la migración y los refugiados.

Para Antonio formar parte de Fluyendo fue toda una experiencia muy agradable. “Participar en este proyecto social ha sido productivo porque se ha hecho para apoyar e incentivar a todos los migrantes y refugiados. Yo espero dejar algo positivo a las personas que se encuentran en las mismas condiciones”, relata. Él llegó a formar parte de este proyecto porque lo habían visto en una obra testimonial de Teatro La Plaza allá por el 2016 y en la miniserie necesitaban una persona con sus características. Fue así que lo contactaron.

La historia de Antonio Daza es una de las seis que la miniserie Fluyendo nos muestra para crear constancia de cómo los migrantes se han abierto camino en un nuevo país. Foto: Prensa Fluyendo.

La historia de Antonio Daza es una de las seis que la miniserie Fluyendo nos muestra para crear constancia de cómo los migrantes se han abierto camino en un nuevo país. Foto: Prensa Fluyendo.

Su historia en esta miniserie trata sobre el cambio tan drástico de profesiones que sufrió al llegar al Perú y cómo tuvo que adaptarse para sobrevivir, todo con la intención de hacer reflexionar a los espectadores sobre la situación que sufren los migrantes y toda persona que se encuentra en las mismas condiciones que les ha tocado cambiar y adaptarse.

Al dedicarse al arte, a Antonio le afectó sobremanera la llegada de la pandemia. Tuvo que trabajar “en cualquier cosa”, como él mismo nos lo cuenta. “Hicimos una gran pila de cosas para poder subsistir”, pero lo que lo salvó fue vender paltas en bicicleta, actividad que le fue todo un éxito y que pudo hacerlo gracias a sus amigos.

El gran impacto de la migración venezolana

Según un reciente estudio de la Cámara empresarial peruano venezolana (Cavenpe) la contribución a la economía peruana de la población venezolana en el país ascendió a S/ 138 millones. Eleonora Silva, miembro de la directiva de Cavenpe, en una entrevista con Canal N indicó: “Se busca insertar a los trabajadores venezolanos en campos donde puedan desempeñarse adecuadamente, para elevar la productividad del Perú y sus ingresos fiscales, ya que el 47% de la población venezolana en el país cuenta con estudios profesionales o técnicos, pero solo el 10% ejerce su carrera”.

“La migración venezolana en el Perú ha generado un gran impacto porque somos muchos, unos buenos y otros malos, cómo los hay en todos lados. Por eso, siempre hay consecuencias directas e indirectas. Personalmente yo me encuentro muy bien acá, me hallo, me gusta la gente, sus costumbres, el estar acá y lo mismo piensa mi hija”, cuenta con entusiasmo Antonio. “Me gusta mucho la manera de ser del peruano y la forma cómo se desarrolla el arte, esas dos cosas han influenciado bastante en mi decisión de quedarme, sin hablar de la comida”, añade.

Antonio y su hija pertenecen a un grupo que se llama La Plebe en donde narran cuentos musicalizados sobre la migración y los refugiados. Foto: Antonio Daza.

Antonio y su hija pertenecen a un grupo que se llama La Plebe en donde narran cuentos musicalizados sobre la migración y los refugiados. Foto: Antonio Daza.

Fluyendo como el mar

Patricia Romero es la guionista y directora de este proyecto social. Ella señala que las seis historias de Fluyendo nos muestra la constancia con que estos migrantes se han abierto camino en un nuevo país, a pesar de las dificultades que enfrentaron. “Por eso, nuestra invitación es a ser como el agua: fluyendo determinados, pero al mismo tiempo flexibles, como un río que, ante los obstáculos, gira y encuentra nuevos caminos para llegar al mar”, expresa Romero. Esta propuesta audiovisual fue desarrollada por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM Perú), la Embajada de Canadá, Teatro La Plaza y Kaudal.

Cada episodio con la historia de Antonio y otros migrantes son de libre acceso y se estrenan cada jueves de manera semanal, a través de la web de esta iniciativa: www.fluyendo.pe, las redes sociales de las instituciones participantes, así como también mediante el canal de YouTube y Spotify del proyecto.

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