EE. UU.: policía renuncia tras 22 años de servicio por negarse a vacunarse contra la COVID-19
El veterano afirma que en realidad fue “despedido” por no querer vacunarse. “Ojalá pudiera decir más, pero esto es todo (...). Y Jay Inslee puede besarme el c...”, dijo en un mensaje al gobernador de Washington.
Desde mediados del año en Estados Unidos (EE. UU.) el presidente Joe Biden habla de una “pandemia de no vacunados”, en referencia a las personas que se niegan a inocularse contra la COVID-19. Una situación que ha llevado a autoridades a imponer medidas y, en ese contexto, se ha dado una nueva polémica con un integrante de las fuerzas de seguridad públicas.
Robert Lamay, miembro del Departamento de Policía de Washington, renunció a su cargo tras 22 años de servicio tras negarse a recibir alguna vacuna contra el coronavirus. Sin embargo, él sostiene que en realidad fue “despedido”; a falta de confirmación oficial.
El veterano se grabó mientras daba su mensaje final a través del intercomunicador policial, desde su patrulla, en el cual agradeció a las personas que lo acompañaron en las últimas dos décadas y al final criticó brevemente al gobernador de Washington, Jay Inslee.
“Ojalá pudiera decir más, pero esto es todo (...). Y Jay Inslee puede besarme el c...”, cerró Lamay su comunicación, de menos de un minuto.
El pasado 19 de octubre en el programa The Donlon Report aseguró que “yo no renuncié, fui despedido” e indicó que se siente respaldado por muchas personas luego que su video se volviera viral.
Lamay, de 50 años, explicó que no quiere inocularse contra la COVID-19 porque es cristiano y considera que “el riesgo no lo vale”, tras enterarse de unos casos de personas afectadas por la vacuna; pese a las reiteradas garantías que han mostrado los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
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“Tenemos una pandemia para los que no se han vacunado: es así de básico, así de simple”, subrayó Biden en julio pasado.
Pese a que el Gobierno de EE. UU. ha incrementado los centros de vacunación y así las posibilidades para inocularse contra el coronavirus SARS-CoV-2, millones de personas no han acudido a recibir las dosis.