Unos 10.000 migrantes, la mayoría de Haití, acampan bajo un puente en la frontera sur de EE. UU.
La frontera entre Texas y México ha registrado cifras récord en las llegadas de inmigrantes irregulares desde que Joe Biden asumió el poder en enero pasado.
Más de 10.000 migrantes, muchos de Haití, acampaban este viernes 17 de septiembre bajo un puente en la frontera sur de Estados Unidos, una crisis humanitaria que pone en aprietos al Gobierno de Joe Biden.
Estos migrantes llegaron a la pequeña ciudad de Del Rio, Texas, y cruzaron el Río Grande que divide a Estados Unidos de México. De los 2.000 que eran a principios de la semana subieron a 10.500 el jueves 16 por la noche, dijo Bruno Lozano, el alcalde de esta localidad limítrofe con la mexicana Ciudad Acuña.
“Son principalmente de Haití e ingresan de manera ilegal (...) solo están esperando ser detenidos por los guardias fronterizos” para iniciar los trámites de autorización de estadía, explicó Lozano.
“Necesitamos una acción rápida del Gobierno”, urgió el alcalde demócrata y destacó los riesgos para la salud y la seguridad que representa este campamento improvisado.
Abrumada, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP en inglés) aseguró en un comunicado que había aumentado su personal para enfrentar la situación de manera “segura, humana y ordenada”.
El área de sombra debajo del puente internacional sirve como sitio de parada temporal “para prevenir enfermedades relacionadas con el calor”, explicó el CBP y señaló que a los migrantes se les proporcionó agua potable, toallas y baños portátiles.
Una vez atendidos, “la gran mayoría de los adultos que llegan solos y muchas familias continuarán siendo expulsados bajo el Título 42”, una normativa de salud adoptada al inicio de la pandemia para frenar la propagación del virus, según este comunicado de prensa.
Foto: La Prensa
“Quienes no puedan ser expulsados bajo el Título 42 y no tengan una base legal para permanecer serán colocados en procedimientos de deportación acelerados”, aseguró el CBP.
Sin embargo, un juez federal ordenó el jueves al Gobierno de Biden no expulsar a las familias en este contexto, lo que podría complicar la tarea de las autoridades, enfrentadas desde hace meses a flujos migratorios récord en la frontera con México.
Más de 208.000 migrantes fueron detenidos allí en agosto de este año, según las últimas cifras oficiales. Esto eleva la cantidad de migrantes arrestados en la frontera desde la llegada de Biden a la Casa Blanca a más de 1,3 millones, un nivel no visto en 20 años.
De estos, unos 596.000 provenían de El Salvador, Guatemala y Honduras, y más de 464.000, de México.
Con información de AFP.