España procesará ataques a sanitarios que combaten el coronavirus como delitos de odio
Desde carteles exigiendo abandonar sus hogares hasta limpiezas con lejía fueron reportados por los sanitarios, que ahora podrán denunciar el acoso.
En España, los profesionales sanitarios y trabajadores esenciales se encuentran laborando pese al estado de confinamiento. Debido a la exposición que tienen al coronavirus, los vecinos de estos les están obligado a que se muden por temor a ser contagiados. Frente a esto, las autoridades han indicado que la situación puede ser denunciada como delito de odio.
Para tratar el tema, el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), Miguel Ángel Villarroya y la comisaria principal y jefa de personal de la Policía Nacional, María Pilar Allué, comparecieron este martes 14 de abril y reprocharon la actitud de los ciudadanos.
PUEDES VER España continúa con una tendencia a la baja al reportar 567 fallecimientos por coronavirus
“La Policía sigue trabajando, nuestras comisarías no están cerradas, nuestros profesionales siguen persiguiendo criminales, entre los que se incluyen aquellos que pueden cometer delitos de odio. Por supuesto que son denunciables, perseguibles y altamente reprobables por cualquier persona de bien”, expresó Allué.
“Los delitos de odio son denunciables y se deben perseguir. Estaremos vigilantes ante cualquier información que nos llegue sobre amenazas a profesionales sanitarios”, añadió. En todo el país se han reportado 26.672 casos de personal de la salud infectado con coronavirus desde el inicio de la pandemia.
Denuncian obligación de abandono de viviendas
Clara Serrano es una enfermera conquense que trabajaba en una unidad de COVID-19. Luego de comunicar a sus vecinos que había contraído el coronavirus, recibió un mensaje de parte de su casero instándole a abandonar su piso. “Me dijo que era una egoísta porque trabajando donde lo hacía, sabía que me iba a contagiar”, refirió.
Pese a que había mantenido el distanciamiento y los cuidados más minuciosos para no contagiar a los otros inquilinos, le obligaron a marcharse. Tal fue el punto que agentes de seguridad tuvieron que acudir para impedir el desalojo. “Tuvo que venir la patrulla de policías a explicarles que no me podían echar, pero él insistía en que me fuera”, contó la sanitaria a El País.
A la puerta de la casa Elena la rociaron con lejía. (Foto: El País)
Finalmente, abandonó la casa con el apoyo del sindicato de enfermería Satse para mudarse al hotel Colón. “Lo sentí como un ataque al colectivo”, mencionó.
Otra de las personas afectadas es Elena, una mujer de 48 años que es celadora de un centro de salud de Alcorcón. Días atrás, la puerta de su casa fue rociada con lejía, aunque ella ejerce una limpieza constante en su vivienda.
Tuvo un inconveniente con una vecina luego de olvidar las botas a la entrada de su casa y recibió críticas. “Me dijo que iba a contagiar a todo el edificio y que tendría que desinfectar la escalera y los pomos comunes cada vez que llegara a casa”, expresó señalando que tiene temor.
De igual modo ocurrió con Jesús, a quien le dejaron una nota en su puerta. “Hola vecino. Sabemos de tu buena labor en el hospital y se agradece, pero debes pensar también en tus vecinos. Aquí hay niños y ancianos. Hay lugares como el Barataria donde están alojando profesionales. Mientras esto dure, te pido que lo pienses”.
Cartel colocado en la puerta de Jesús, residente de médico de familia en el Hospital General La Mancha Centro. (Foto: El País)
Jesús es residente de médico de familia en el Hospital General La Mancha Centro, en Ciudad Real, y al leer ese cartel, quedó sorprendido. “Llegas de deslomarte en tu trabajo y claro que ver eso en mi puerta me puso triste. ¿Para qué nos vamos a engañar?, relató.
Tal como ha sucedido con estos profesionales, son muchos más lo que han reportado este tipo de casos, en los que les han dejado comunicados anónimos obligándolos a trasladarse a otras viviendas. Con las declaraciones de la comisaria principal Allué, estas amenazas tendrán que ser sancionadas.