Viajó a Italia para recuperarse de la muerte de su esposo y fue ultrajada por 5 hombres
La víctima viajó con su hija, y uno de los camareros les ofreció una copa. Tras sedarla, abusaron sexualmente de ella y grabaron el ataque para compartirlo por Whatsapp.
Cinco empleados de un hotel drogaron y abusaron de una mujer de 50 años, cuando estaba de vacaciones con su hija en Nápoles, tras la muerte de su esposo. Compartieron el video de la agresión a través de Whatsapp, y han sido condenados por la policía italiana.
El juez Francesco Todisco dictó las condenas para los agresores y ex empleados del Hotel Almirui. Gennearo Davide Gargiulo recibió 9 años, Anotnio Miner y Fabio De Virgilio recibieron 8 años, mientras que Francesco D’antonio y Rafaela Regio obtuvieron 7 y 4 años de cárcel respectivamente.
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La abogada de la víctima dijo a The Sun: “mi cliente estaba esperando en casa el veredicto. Cuando le dije el resultado, estaba encantada y me agradeció por mi ayuda”. “Esperamos que esta decisión la ayude a seguir adelante con su vida”, añadió.
Los familiares de los acusados comenzaron a arrojar objetos en medio de la sala del tribunal tras escuchar las sentencias. La policía tuvo que resguardar al juez, mientras ellos se negaban a limpiar el desorden provocado.
La víctima había viajado junto a su hija desde Inglaterra a Sorrento, Italia en octubre de 2016, tras la muerte de su esposo.
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Según la información que brindaron los fiscales, fueron dos camareros del hotel, donde la víctima se hospedaba, que le sirvieron bebidas contaminadas con droga a la mujer y a su hija. La mujer fue llevada a un almacén donde fue abusada antes de ser llevada por dos empleados más.
Su hija dijo haberse sentido mal después de tomar las bebidas, por lo que acudió al baño a vomitar. Cuando volvió a buscar a su madre, ella había desaparecido.
Ella confesó en la corte. “Uno de los camareros nos ofreció beber unos tragos. Uno de ellos tenía un tatuaje en el cuello. Nos invitaron al bar a tomar una copa. Recuerdo haber tomado un trago y casi inmediatamente me sentí mal”, declaró la joven de 26 años.
Agregó que su madre estaba distante, y cuando empezó a llorar desconsoladamente en el aeropuerto, le confesó a su hija lo que le había ocurrido.
La víctima dijo haber sido fotografiada durante el ataque y luego fue llevada hasta su habitación. Cuando llegó a su país denunció el ataque y se enviaron muestras de ADN así como pruebas toxicológicas para comprobar que había sido drogada, a la policía italiana.
Los resultados mostraron grandes cantidades de sedantes. Para esto, la defensa de los acusados dijo que la mujer tomaba tranquilizantes tras la muerte de su esposo.
Las autoridades italianas rastrearon a los acusados hasta dar con ellos, y tras incautar sus pertenencias, se encontró el teléfono con el que habían grabado el ataque, lo que comprobó la denuncia y pasó a su posterior sentencia.