El Salvador. María Luisa de Martínez defendió la beatificación. Su hermano, Roberto d'Aubuisson, ordenó el asesinato., Any Cabrera. AP María Luisa de Martínez es una de las más firmes defensoras de la memoria del asesinado arzobispo salvadoreño Monseñor Óscar Arnulfo Romero. Pero también es hermana de Roberto d'Aubuisson, fundador del derechista partido Arena, quien es señalado por una comisión de la verdad de la ONU de haber ordenado el asesinato del clérigo mientras oficiaba una misa. Martínez no tiene duda de que su hermano es responsable del asesinato. "Desgraciadamente, sí. Estoy convencida... por su discurso contra los sacerdotes, los jesuitas y monseñor Romero", dijo en entrevista con The Associated Press. María Luisa, que hoy usa su apellido de casada, Martínez, y Roberto nacieron en una familia conservadora, tradicional, educada en colegios católicos y criados por una madre que los aleccionaba sobre los males del comunismo. Cada uno eligió una vida diametralmente opuesta. Aunque este es un ejemplo extremo, la historia de este clan familiar es similar al de miles más que vivieron divididos durante la larga y sangrienta guerra civil salvadoreña (1980-1992). El padre de la familia murió cuando María Luisa tenía cinco años y dice que ella fue una "niña normal". "Mi mamá era enemiga del comunismo internacional, me crié oyendo esas cosas, en esa línea, dentro de una religión muy vertical y costumbrista", dijo. Estudió en un colegio de monjas y daba catequesis en zonas marginales indígenas. Fue novicia de la congregación de La Asunción aunque nunca tomó los hábitos. Pero sí fue integrante de las comunidades eclesiales que surgieron en Latinoamérica durante la época de las dictaduras castrenses, que estaban identificadas con la Teología de la Liberación. Defendieron los derechos humanos y se convirtieron en focos de resistencia a los regímenes militares. A sus 66 años, Martínez dice que perdona a su hermano. Aunque nunca lo confrontó directamente sobre el asesinato de Romero, cuenta que lo visitó en su lecho de muerte y le rogó pedir perdón. Para entonces, ya era incapaz de hablar. "No dijo nada, solo se le corrieron las lágrimas, queda la duda, ¿por rabia que le dijéramos eso, por arrepentimiento?, no sé". Asesinado por “odio a su fe” La "voz de los sin voz", monseñor Óscar Arnulfo Romero, llegará a los altares hoy 23 de mayo tras un largo proceso promovido desde 1990, diez años después de su asesinato en plena misa en su natal El Salvador. El "martirio" de Romero fue reconocido en febrero pasado por el papa Francisco en un decreto que estableció que el arzobispo de San Salvador fue asesinado por "odio a la fe", por lo que será beatificado en un acto al que se espera la asistencia de cerca de 300.000 personas.