Bélgica. Los monjes de la Abadía de Grimbergen anunciaron que relanzarán su emblemática cerveza con la fórmula original luego de más de 200 años de abandonada.,Los monjes belgas de la Abadía de Grimbergen anunciaron para alegría de sus fieles que volverán a elaborar su emblemática cerveza luego de 225 años con una pequeña producción de 10 mil hectolitros por año, incorporando métodos de fermentación que se encuentran en los libros del siglo XII. Originalmente, la bebida era preparada por los antiguos clérigos de la abadía de Grimbergen hasta que en el año 1795, en que su fábrica fue saqueada por tropas francesas. A partir de ahí, el nombre fue rescatado y relanzado por grandes corporaciones multinacionales en los años 50, sin que sus principales moradores, los monjes, participen en su elaboración directamente. PUEDES VER Lambayeque: promueven campaña de venta responsable de bebidas alcohólicas La idea de retomar el proyecto luego de más de doscientos años se dio después de traducir del holandés y latín antiguo la fórmula original en libros que no llegaron a quemarse. “Pasamos horas ojeando los libros y descubrimos listas repletas de ingredientes de cervezas producidas en siglos pasados, los lúpulos usados, los tipos de barriles y botellas e incluso listas de cervezas actuales que se produjeron siglos atrás”, señaló a Reuters el padre Karel Stautemas, uno de los 11 cánones Norbertine que viven en la abadía. La cerveza de 10,8 grados de alcohol que tienen previsto elaborar será la rubia "triple", que madurará su sabor entre picante y frutado durante cinco meses en barriles de whisky. El proyecto, financiado por la firma Carlsberg, apunta a centrarse en el uso de cultivos producidos localmente. La abadía ha plantado lúpulos en su jardín. Se espera que las primeras botellas estén listas para finales del 2020. PUEDES VER Arequipa: "Chino" acuchilló a su amigo que fue a buscarlo para beber De momento, la emblemática cerveza es producida masivamente bajo los importantes sellos de Heineken Alken-Maes en Bélgica y Carlsberg en el norte Francia, en una cantidad que ronda anualmente los 1,5 millones de hectolitros que se exportan a todo el mundo. Los monjes se llevan parte de las regalías de las ventas.