Stefano Tosso: “Hay que buscar la manera de tratar de ser feliz y no estar solos”
Stefano Tosso retorna a la actuación con la obra “La enfermedad de la juventud”, en la que encarnará a un personaje que él describe como nihilista y de mirada cínica.
Stefano Tosso regresa al teatro con “La enfermedad de la juventud”, una obra escrita por Ferdinand Bruckner, bajo la dirección de Carlos Delgado Morris. El hijo del recordado Ricky Tosso vuelve a las tablas con un personaje que no buscó, sino que le ofrecieron, pero en el cual reconoce ciertas características de su propia personalidad como “ser un pesado que le gusta fastidiar”, según mencionó en entrevista con La República.
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—¿Qué personaje interpretas en “La enfermedad de la juventud”?
—Mi personaje se llama Federico, en realidad se llama Frederic, pero hemos latinizado un poco los nombres. Es una persona bastante nihilista, se ama y quiere que todos despierten del sueño profundo de soñar una vida perfecta, de querer una como tal. Él es una persona realista, práctica y trata de que todos vean el mundo desde su perspectiva.
—¿Qué cosas hay de ti en Federico?
—Hay bastante, porque es un pesado, le gusta fastidiar, sacar a las personas de quicio. Tiene, de mí, estas ganas de jugar, estar activo. Con una visión de la vida cínica y siniestra.
Es inevitable rescatar cosas del personaje, que dártelas y además de tratar de defenderlo. Es la chamba del actor.
—¿Era el personaje que querías?
—Los tres personajes masculinos de la obra están chéveres en realidad. Sí me gustó. Es el que me ofrecieron también, tampoco es que pudiera escoger, pero sí lo hubiera escogido porque es un muy buen personaje, tiene muchos matices, pasa por un proceso bien bonito a lo largo de la obra.
—¿No estuviste detrás del director para obtener el papel?
—No fue así, particularmente, en esta ocasión. No, el proceso no fue así. Los productores de la obra me contactaron y me ofrecieron este personaje. Yo lo leí primero y me gustó, por eso fue que acepté.
—¿Qué expectativas tienes de volver al teatro?
—Estoy contento por actuar. Es algo que me apasiona. Estar en un escenario o frente a cámaras.
Muy nervioso también porque cualquier tipo de oficio que dejes de practicar un tiempo y de ahí volver siempre es complicado, pero hemos tenido un proceso de ensayos largo que nos ha permitido a reactivarnos.
—Tienes 30 años. ¿Estás en el lugar en el que imaginaste que estarías a esta edad?
—En muchos aspectos sí, en otros no. ¿Por qué no? Porque yo de niño estaba seguro de que a los 30 iba a ser millonario, falta poco.
Pero por otras muchas cosas sí: estoy sano, trabajando en lo que me gusta, tengo a mi madre y a mis hermanos vivos afortunadamente, mi padre me acompaña, tengo una novia linda. Sí, estoy contento en parte sí y en parte no, pero así es la vida. Hay que saber correr la ola.
—¿Qué mensaje se pueden llevar las personas de “La enfermedad de la juventud”?
—Justo ayer mi director dijo que no todas las obras tienen que tener un mensaje. Sin embargo, creo que todos se pueden llevar una interpretación de lo que vieron.
La obra habla de la búsqueda del amor, de alguien que esté contigo, no de no estar solo. Podemos rescatar cómo hace 100 años los problemas que vivía la juventud son muy, si no iguales, a los problemas que vive la juventud ahora. Cada uno tiene que buscar su manera de tratar de ser feliz y no estar solos.