Catherine Zeta-JonesLa actriz vuelve a escena con un personaje que buscó por tres años. Griselda: la reina de la cocaína. “Ella es el polo opuesto a todo lo que creo”, declara.,Catherine Zeta-Jones quería regresar a un rodaje con un personaje “que la obsesionara”. Llevaba varias temporadas alejada de los sets y solo había tenido una breve participación en la serie ‘Feud’, hasta que quedó impactada un documental sobre la mujer más temida del narcotráfico en Colombia, la ‘Madrina’, Griselda Blanco, una figura del crimen que apareció antes de ‘El Chapo’ Guzmán. “Cuando estás tan obsesionada con Griselda, entiendes que no es el tipo de mujer con la que quieres trabajar por mucho tiempo en tu cabeza. Fue un desafío. Mi compañeros, Guillermo (Navarro), el elenco y el equipo estaban igualmente involucrados. Hubo efecto contagio. Me encantaba ir a trabajar. Hay que disfrutarlo porque no siempre es así”, dijo Zeta-Jones sobre el rodaje en una entrevista a Noticias Revista. PUEDES VER El Wasap de JB: Elenco visitó chifa Asia y otorgó al dueño peculiar regalo Zeta-Jones reconoció que prefirió dedicarse a tiempo completo a la familia que formó con el actor Michael Douglas, con quien pasó etapas difíciles, como el internamiento de ella para tratar un trastorno bipolar y, en otro momento, la batalla de él contra el cáncer . “Durante algunos años sin estar filmando, pierdes el gusto. Me encanta ser madre, esposa y podía mirar para atrás y distinguir una buena carrera como actriz. Cuando acepto un papel me gusta estar inmersa en él, dedicarle tiempo, disfrutarlo al máximo. No encontraba nada que me hiciera sentir así. Perdí esa chispa. Pero el rodaje de Griselda… me hizo recordar a cuando tenía nueve años y dejé mi casa para ir a hacer teatro a Londres. Esa sensación de alegría, de sentir que estoy en el lugar correcto y haciendo lo que amo”, comenta. Griselda: la reina de la cocaína, que se estrenará en abril en Latinoamérica a través de Lifetime, la obsesionó porque, precisamente, es alguien de la que no se conoce a fondo y ha tenido una apariencia cambiante con el tiempo. Sus características de “sociopata” le parecieron interesantes de abordar luego de ver Cocaína Cowboys. “Cuando la mencionan es como si te intoxicaras… como si fuera un encantador de serpientes; la sientes, le temes hasta que llega la atracción. Nunca pude encontrar un video real porque siempre estaba escondiéndose. Luego, ese mundo la derrumbó, perdió las fuerzas y su imagen cambió a la de una abuelita que iba a misa. Un comportamiento sociopata, como tratando de mostrar el ‘ahora soy buena’. Me imaginé cómo podía manipular a la gente y eso me conquistó”, comenta y agrega que había esperado más de una vez por la confirmación de la película. “Ella es el polo opuesto a todo lo que creo. Quería ese papel cueste lo que cueste”, dice Zeta-Jones con la misma energía con la que subraya que nunca había renunciado a ser actriz. “¡Nunca me retiré de la actuación! Una vez que uno actúa, que siente la excitación en el estómago, ya está. Es una larga sentencia de vida. ¿Tiene que ver con el dinero? ¿Quiero dejar a mis hijos para hacer esto? Ya perdí esos miedos, pero son pensamientos que se cruzan todo el tiempo. La pasión y el amor genuino a la actuación, de meterse en la piel de alguien, no se olvidan”. Pero si se trata de sus hijos, Catherine Zeta-Jones asegura que preferiría que sean médicos o abogados. “Lo que amo de ellos es que quieran aprender, no importa a qué se vayan a dedicar. Además tienen en claro que no quieren ser famosos”. Dice que se siente “afortunada” con la vida que tiene ahora. “Soy una madre trabajadora y tengo inseguridades como todas. Pero soy fuerte”.