Trump impulsa ambicioso plan fiscal que aumentaría en US$3,4 billones la deuda de Estados Unidos: ¿qué significa esto y por qué importa?
Más allá del número: lo que realmente importa del nuevo plan fiscal que divide al Congreso y a los economistas en Estados Unidos.
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La Cámara de Representantes de Estados Unidos debate por estas horas un proyecto de ley impulsado por Donald Trump que, según estimaciones oficiales, podría añadir US$3,4 billones (millones de millones) a la deuda federal estadounidense en los próximos diez años. Este monto se sumaría a los US$29 billones que el país ya debe actualmente.
El cálculo proviene de un análisis difundido por The New York Times, que además advierte que los intereses por esta deuda superarán, por primera vez en la historia, el billón de dólares anuales a partir del próximo año. Es decir, más de lo que EE.UU. gasta en todo el sistema Medicare.
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¿Suena a ciencia ficción económica? Para muchos, sí. Pero la magnitud del problema es real, y los efectos podrían sentirse más temprano que tarde, sobre todo para las futuras generaciones.
Estados Unidos: ¿por qué importa tanto esta nueva deuda?
Para entender el impacto de una deuda tan gigantesca, The New York Times propone tres formas de analizarla que usan los economistas, más allá de la cifra bruta. Aquí te las explicamos en sencillo:
1. Compararla con el tamaño de la economía (PBI)
Estados Unidos tiene una de las economías más grandes del mundo. Pero eso no significa que pueda endeudarse sin consecuencias. Actualmente, su deuda ya equivale a casi el 100% de su Producto Bruto Interno (PBI), una barrera que pocos países han cruzado. Solo Japón e Italia la han superado de forma sostenida.
Con el nuevo proyecto republicano, que contempla más gasto y menores ingresos fiscales, se calcula que la deuda superaría con holgura ese umbral. De hecho, el gobierno planea pedir prestados otros US$21 billones en la próxima década. Sumado a lo que propone Trump, el total sería más de US$24 billones nuevos en deuda.
2. Ver quién es el acreedor
Una parte clave del análisis es saber a quién le debe dinero EE.UU. En este caso, cerca de un tercio de toda la deuda estadounidense está en manos de inversionistas extranjeros, lo que representa aproximadamente US$8,5 billones.
Esto implica que una gran porción de los intereses que el país paga no se reinvierte internamente, sino que se va al exterior. Japón, por ejemplo, tiene más deuda como porcentaje de su PBI, pero la mayoría la poseen sus propios ciudadanos e instituciones, lo que mitiga el impacto económico.
3. Pensar en el futuro
Más allá del gasto actual, el desafío está en lo que viene. El proyecto republicano, ya aprobado en el Senado, mantiene tasas de impuestos bajas por varias décadas, lo que significa menos ingresos fiscales a largo plazo.
A eso se suma que dos tercios del presupuesto federal ya está comprometido para programas como Seguridad Social, Medicare y Medicaid, cuyos montos son automáticos por ley y no se pueden recortar fácilmente.
Además, los intereses de la deuda están fijados con anticipación, así que no hay mucho margen de maniobra. Con todo esto, la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO) estima que la deuda de EE.UU. podría alcanzar el 156% de su PBI en 30 años. Un nivel sin precedentes para una economía desarrollada.
¿Qué pasa con el proyecto de Trump?
La Cámara Baja debate el texto tras superar una rebelión de algunos republicanos conservadores. El presidente presiona con fuerza para que se apruebe antes del viernes: ha prometido fotos y merchandising firmado a cambio del voto afirmativo.
Los demócratas, por su parte, están totalmente en contra. “Es un ataque directo contra la salud y el bienestar de los estadounidenses”, dijo el líder demócrata Hakeem Jeffries, quien habló durante más de una hora en el pleno.
Trump insiste. “¿Qué están esperando los republicanos? ¡MAGA NO ESTÁ FELIZ Y ESTÁN PERDIENDO VOTOS!”, escribió en redes sociales.
¿Y si el plan no funciona?
El mayor riesgo, según los expertos citados por The New York Times, es que los recortes tributarios no reactiven lo suficiente la economía como para compensar la caída de ingresos. Tampoco está claro si los aranceles promovidos por Trump generarían ingresos suficientes.
Por ahora, lo que hay es una aritmética clara: menos ingresos, más gasto y más intereses por pagar. Y, como dicen los economistas, los números no mienten.
DATO
Si este escenario se concreta, cada dólar que disfrutan los estadounidenses hoy podría costarle caro a sus hijos y nietos en el futuro, con menos servicios públicos y más presión tributaria para pagar una deuda que no deja de crecer.






















