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Economía

Juan Manuel Rojas: “Veo en temas de gas a Perú como si fuera Colombia en 1993”

Para el presidente de Promigas, empresa matriz de Gasnorp, Quavii y que además cuenta con un porcentaje en Cálidda, urge la aprobación de la tarifa estampilla para el gas natural. La iniciativa duerme el sueño de los justos en el Congreso, pero nivelaría tarifas a nivel nacional.

Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas.
Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas.

—En febrero del 2022 que conversamos, dieron cuenta de 175.000 conexiones domiciliarias de gas natural en el norte del país. ¿Cuánto se avanzó hasta la fecha?

— Pues la verdad que muy bien, llevamos 270.000 conexiones. Estamos sobrecumpliendo lo que teníamos previsto. Las 270.000 conexiones de hogares son equivalentes a alrededor de un millón de personas beneficiadas. Cada hogar conectado sustituye la leña por el gas natural, lo que resulta en un beneficio muy importante en la salud de ese hogar, sobre todo disminuyendo enfermedades respiratorias agudas, enfermedades visuales por el humo. Si era un hogar que tenía antes el servicio con el balón de GLP, ese hogar va a tener un ahorro equivalente a 6 dólares por mes aproximadamente.

—¿Qué significa eso en término de economía familiar?

— Que se le devuelve a su hogar el 10% de su ingreso mensual disponible para alimentación en ahorro. Entonces, también tiene un impacto sobre la economía del hogar importante.

— En términos de infraestructura, hace dos años la situación para el norte era 100% por camiones. ¿Cómo va ahora el panorama actualmente?

— Pues, la infraestructura principal ya está construida. Nosotros inauguramos el gasoducto en Piura. Esa fue una inversión importante de 300 kilómetros, y eso facilitó muchísimo, pero igual entre Lima y el norte, ahí sí hay que seguir manejando camiones, porque hoy no existe la forma, no existe la densidad de demanda suficiente que permita construir un gasoducto.

—¿Cuál es la demanda ancla en el norte del país?

La refinería Talara es la principal, le sigue la minera Miski Mayo. Tenemos también varias pesqueras, que son los principales clientes industriales.

—¿Cómo va solo la concesión Piura?

—Estamos en 30.000 conexiones. En Piura. Va muy bien y ahí es donde están esos clientes ancla Talara y Misky Mayo, y en escasos dos años ya tenemos 30.000 viviendas conectadas y una infraestructura de más de 300 kilómetros. En el caso de la región norte de Gases del Pacífico, los principales clientes anclas son el sector pesquero y el sector agroindustrial.

— ¿Y este salto de 100.000 conexiones a qué creen ustedes que responde en estos dos años?

—Una parte era el compromiso que tenemos nosotros con el contrato de concesión y otra parte es que nosotros hemos podido desarrollar cierta demanda que a la vez compensa la ausencia de una tarifa nivelada. Entonces, hemos podido conectar más gente porque hemos podido desarrollar demanda más pesqueras. Así que eso ha permitido que podamos seguir ampliando, pero sin tarifa nivelada va a ser muy difícil que podamos seguir masificando.

Urge la tarifa nivelada

— Siendo que el norte del país cuenta con el recurso de gas natural, entiendo que esto los ayuda a capear en parte que no se cuente con una tarifa nivelada, pero ¿hasta cuánto aguanta eso?

— Bueno, mucho más que lo que ya hicimos va a ser difícil. Mire que si se compara con otras áreas concesionadas en el sur del país, nosotros hemos hecho muchísimo más que los otros operadores. Y eso ha sido en buena medida por el dinamismo comercial y por la voluntad que tenemos de invertir y de mostrarle al país que se puede masificar el gas. Ahora bien, hoy existe una inequidad, diría yo, en el país, que incluso hasta pensaría en el no acceso a un derecho.

—¿Se refiere a replicar en parte el modelo de Lima?

— Cuando uno piensa en Lima y su área metropolitana, cómo se desarrolló la masificación del gas, hace 20 años se empezó con la GRP (garantía por red principal), que era un gravamen de red sobre la tarifa eléctrica que se hizo y la pagó todo el país para que Lima tuviera en su momento el gas. Y eso pasó desapercibido, todos los peruanos pagaron para que la capital lo tuviera. Hoy es el momento de que Perú sepa que Lima debería permitir la tarifa nivelada para el resto del país, para poder tener la masificación en el resto del país.

—Una verdadera descentralización de la masificación del gas natural.

— Es devolver, digo yo, los favores. ¿En qué sentido? Hay una inequidad porque los ciudadanos del norte pagan el doble del costo del gas que lo que se paga en Lima. Las industrias del norte pagan más caro y pierden competitividad con respecto al costo en Lima. Entonces, si uno quiere tener desarrollo regional, si uno quiere tener más equidad entre regiones del país, la tarifa nivelada es una buena manera de lograr.

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—¿Cuáles considera los principales impactos de la tarifa nivelada?

— El primero, como ya lo mencioné, está en la salud de los hogares. El segundo es el impacto sobre la economía local. Seis dólares aproximadamente de ahorro por mes, 10% del ingreso disponible para alimentación, más o menos, se les devuelve. El tercer impacto que tiene es en el desarrollo regional. Esto es volver mucho más competitivas a las regiones por el costo de la energía, lo cual hace que se trasladen y que las empresas quieran migrar y montar plantas y subsidiarios.

— ¿Qué efecto tiene el desarrollo del gas natural sobre la balanza comercial?

—Ese es un cuarto efecto que generaría la tarifa nivelada, el efecto fiscal, y se da por dos vías. Por un lado, se da porque hoy Perú subsidia la importación de GLP. Alrededor de US$130 millones se gastan al año importando GLP. Si se desarrolla el gas que ustedes mismos producen, no hay necesidad de importar GLP, sobre todo para esas regiones, y tiene un impacto fiscal significativo. Lo otro es que evitar esa importación tiene un impacto sobre el tipo de cambio, y es darle valor agregado a algo que ustedes ya producen, pero lo exportan y después lo importan bajo otro concepto: GLP. Cosa que no tiene sentido.

—¿Cuántas industrias se han acercado con interés de contar con gas natural?

—Nosotros ya tenemos 120 industrias plantadas en la región norte y en Piura tenemos más de 20 ya conectadas solo en dos años. La otra limitación que a veces se da es un poco el desarrollo de la infraestructura de las redes, que es un tema gradual. Todas las industrias que están muy cerca de la infraestructura de nuestras redes ya están conectadas a las redes.

—¿Estas limitaciones han restringido el acceso de algunas industrias?

—Backus no abrió planta en el interior del país por el costo de la energía. Si usted quiere tener desarrollo regional, imagínese, si baja el costo de la energía, se nivela el costo de la energía; eso los motiva para llevar a sus sub sidiarias. Por eso digo, el efecto multiplicador de tener eso sobre la economía. Hemos estimado en otras geografías como Colombia en 1,8 veces, de tener ese tipo de condiciones.

— Ahora que menciona a Colombia, es un país con una política de Estado sumamente definida sobre el gas natural. ¿Cómo ven a Perú?

—Yo creo que Perú ha manifestado durante los últimos dos gobiernos su voluntad de querer masificar el gas. ¿Dónde se ha quedado estancado eso? En el acompañamiento del Poder Legislativo, del Congreso, y por eso hay en curso un proyecto de ley (PL 679) que se vuelve crítico para poder terminar de cerrar ese ciclo. Aquí es donde los congresistas tienen que entender que lo que más desarrollan sus regiones es una política como esta, que tiene un efecto muy importante, y falta acompañar porque la voluntad existe del Poder Ejecutivo.

—¿Creen que con la crispación política se logren destrabar iniciativas como las que menciona?

—Aquí hay un tema de conversar y hacer también mucha pedagogía, mostrar los beneficios que implica esto. Y por eso tenemos que nosotros seguir adelantando esfuerzos, no solamente a través del Poder Ejecutivo, sino de los gremios, asociaciones empresariales, para poder concientizar sobre los beneficios que existen acá. Significa que nos tenemos que sentar con los parlamentarios para explicarles y mostrarles el beneficio. Aquí no es que se esté beneficiando a una empresa ni a una industria. El mayor impacto que tiene esto es sobre el ciudadano de a pie. Ese es el más beneficiado. Segundo, sobre la economía popular como las panaderías, las cafeterías de barrio, los restaurantes y las tiendas, les estamos devolviendo capacidad adquisitiva.

—¿Cómo ven al Perú en términos de masificación del gas?

—Pues, mire, yo veo en este momento, en temas de gas, a Perú como si fuera Colombia en 1993, con una penetración muy baja de gas. Colombia en el año 93 tenía al 5% del país conectado, y hoy tiene al 70%. Entonces, la posibilidad de crecer es enorme y lo vemos en todo el Perú. O sea, ese potencial es lo que más nos atrae. Hoy podríamos conectar en Perú 3 millones de hogares nuevos, que son de 11 a 12 millones de personas que se beneficiarían. Además, implicaría inversiones de entre 5 y 6 billones de dólares. Y eso es inversión que llegaría a Perú y nosotros podríamos ser una parte de esa inversión.