Dina Boluarte cumple un año como presidenta: reina la desconfianza y el pesimismo económico
El PBI cerraría el 2023 en negativo y, pese al cambio de Gobierno, las expectativas empresariales y ratios de inversión privada siguen en negativo.
Hace un año, Dina Boluarte se convirtió en la primera mujer presidenta del Perú. Desde entonces, marcó una férrea distancia con Pedro Castillo, mas los indicadores económicos reflejan que nada ha cambiado.
Hablan los números: el PBI culminará el 2023 cerca del 0% o por debajo —su peor variación en más de dos décadas sin contar la pandemia—; la confianza empresarial sigue en terreno pesimista y la inversión privada arrastra cinco trimestres en rojo.
No hubo cambios sustanciales en 12 meses con Boluarte a cargo
José Távara, economista y docente PUCP, explica que la gestión Boluarte carece de reformas críticas en sectores como educación, salud o seguridad ciudadana, las cuales están vinculados de alguna manera al devenir económico.
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Aseguró también que no es suficiente elevar el presupuesto público para "fierros y cemento", sino que también se debe fiscalizar su correcta ejecución.
Távara lamenta que tampoco se haya apostado por una reforma tributaria, considerando que los ingresos siguen en picada y la presión tributaria caería a 15%, diametralmente opuesto a la región, en la que la media es del 23%.
En esa línea, Luis Arias Minaya, exjefe de la Sunat, lamenta que el Ejecutivo demorara tanto en reconocer la recesión y cree que el Gobierno de Dina Boluarte no tiene rumbo económico ni para “la lucha contra la inseguridad ciudadana y la corrupción”.
Considera Arias Minaya que Con Punche Perú y Unidos son “programas muy tímidos” para salir de la recesión, y tienen una naturaleza rutinaria que no genera atracción de inversión privada.
¿Cuánto pesa la crisis política?
Desde su primer día en Palacio, el régimen de Dina Boluarte no ha gozado de respaldo popular. Más del 80% de la población desaprueba su mandato y, con la constante tensión política —en un contexto en que se acaba de indultar al expresidente Alberto Fujimori—, las inversiones pueden continuar debilitándose.
Carlos Casas, decano de la Facultad de Economía de la UP, añade que tras el estallido en la Fiscalía y el Congreso se da "una sensación de desorden", que espanta a los capitales privados que quieren hacer negocio en el mercado peruano.
También sostiene que la inseguridad ciudadana también afecta a la economía, en especial, a los más negocios más chicos. “Vemos extorsiones o asesinatos, como en (mina) Poderosa. Un negocio pequeño se descapitaliza por las extorsiones o robo. Impide la opción de crecer. Es dañino”, contó a La República.