Kurt Burneo: “El primer impacto de un menor crecimiento será sobre el empleo”
El exministro de la Producción y de Economía y Finanzas habló sobre el debilitamiento que tendrá el PBI al cierre del 2023. El exfuncionario aseguró que este es "resultado de la política monetaria contractiva del BCRP".
En agosto, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) confirmó el sesgo a la baja que tendrá el PBI al cierre del 2023, con índices que rondarán el 1,5%, aunque otros agentes lo sitúan entre 0,8% y 2,2%. El profesor y extitular del ramo Kurt Burneo señala que las políticas monetarias del Banco Central de Reserva (BCRP) influenciaron en este escenario de desaceleración.
—¿Cómo nos afecta, como país, un crecimiento tan bajo?
—El primer impacto se da sobre el empleo. A mayor actividad económica, mayor demanda de trabajo en las firmas y eso influye en una variable que se llama ‘masa salarial’, que es multiplicar empleo por salario, y eso es un determinante del consumo privado, el cual explica casi el 68% de toda la demanda. Para absorber a los 300.000 jóvenes que anualmente se incorporan al mercado, necesitamos crecer, dada la composición actual del PBI, cuando menos 5%, y hay una diferencia con 1,5%.
—¿A qué obedece este sinceramiento a la baja?
—Parte de este resultado, no digo al 100%, responde a la política monetaria contractiva del BCRP, que estuvo basada hasta hace tres meses en la subida de la tasa de interés de referencia para encarecer el crédito y restringir la dinámica de consumo e inversión. Entonces, este 1,5% también obedece a factores que no maneja el MEF y en los análisis no se hace alusión a esto.
—¿Pero no estamos prontos a reducir tasas en Perú?
—Yo no estaría tan seguro de que el BCRP esté ad portas de una reducción, porque todo dependerá de lo que pase con la tasa en la FED. Si sigue al alza, como ha venido ocurriendo, obviamente la tasa de interés internacional se vuelve más alta y su diferencial con la tasa de interés local de cualquier instrumento financiero se hace más grande. Y en la medida en que esa mayor rentabilidad se haga más grande, originará una presión para que el BCRP nuevamente tenga que subir sus tasas, independientemente de la inflación. No hay que olvidar tampoco que el efecto del recorte es diferido, la tasa se traslada a los créditos de consumo o hipotecario con rezago. Por ejemplo, los efectos sobre las tasas para consumo se dan recién a los 8 o 10 meses.
—¿Eso podría dificultar una salida del pozo de la recesión?
—Flaco favor se le hace a la economía cuando mucha gente habla de recesión técnica como si habláramos de un descubrimiento o viaje a la Luna. ¿Todos aquellos que hablan de recesión se dan cuenta de que afectan las expectativas de los agentes en negativo? Hay que tener mucho cuidado con términos que, teóricamente, pueden tener validez a nivel macro. La discusión es qué hacer para que la economía se recupere más rápido.
—MEF sigue en su apuesta por subir el gasto público para cerrar el año en verde.
—A pesar de que la inversión pública es solo la cuarta parte de la privada, se alinea en sentido favorable a las expectativas y facilita proyectos de inversión. La inversión pública se convierte en inductora de la privada, por ejemplo, en infraestructura: puentes, carreteras, canales de regadío. Hablamos de infraestructura útil para atraer mayor inversión y, de pasada, un compenetre de gasto y un mayor producto en el corto plazo. Pero si miramos en el largo, el avance de la inversión pública facilita la privada a futuro.
—¿Considera viable que se eludan las reglas fiscales para diciembre, como dijo el MEF?
—Creo que aun hay margen para mantenerlas y cumplirlas. No olvidar que, si se hace más laxa la política fiscal, estamos aceptando un déficit mayor al estimado. Si se rompen las reglas o se dejan de lado temporalmente siempre habrá afectaciones en cuanto a riesgo país. Las calificadoras no solo actúan en función al costo de los bonos soberanos. Basta que una empresa esté operando a un país donde se dejan de lado las reglas para que automáticamente tengan que ofrecer tasas de rendimiento mucho más altas por vehículos financieros como sus propios bonos. Con eso, de pasada, se encerece el costo de financiamiento del país.
—Aun así, el ministro Contreras ha subrayado que su gestión no se vale de bonos para reactivar la economía, como sí ocurrió en anteriores gestiones, lo cual lo incluye a usted.
—Los bonos que se dieron a la gente cumplieron un rol en un momento correcto. Ahora no estamos en una condición así, porque al final de cuentas la literatura internacional siempre te va a decir que, si quieres resolver problemas de pobreza, tienes que ampliar la demanda de empleo, y la demanda de las empresas depende de la reactivación. Hay que ponerse en los zapatos del empresario, que solicitan créditos para capital de trabajo y adquirir materia prima para producir siempre y cuando esté claro que al final del túnel hay una luz, la confianza de que va poder vender lo que produzca. El tema de la confianza es muy importante.
—La recaudación también ha caído. ¿Tendremos un menor presupuesto en 2024?
—Difícilmente, el presupuesto 2024 mostrará la variación nominal que se tuvo en 2023 de más del 9% y, a la vez, un crecimiento real, descontando la inflación, para estar en alrededor del 4% o 5%. En una situación donde la dinámica de ingresos fiscales tiende a desacelerarse es complicado que se tenga un presupuesto sustantivamente mayor al planteado antes. No sé si haya la posibilidad de que sea menor, pues no hay que olvidar que la recaudación es uno de los componentes de su financiamiento. Aun así, veo difícil que, en términos nominales, el presupuesto 2024 sea menor. Lo que sí sé es que se están considerando recursos para atender el fenómeno de El Niño Global.