BCRP elevó requerimientos de encaje en soles para reforzar el control monetario
Sube de forma mensual a 5,25% en febrero, a 5,5% en marzo, a 5,75% en abril y a 6% desde mayo de este año. Cabe señalar que esta tasa viene aumentando desde agosto del 2021.
El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) elevó los requerimientos de encaje en moneda nacional con el objetivo de complementar los recientes incrementos de la tasa de referencia y reforzar el control monetario.
Mediante la CIRCULAR Nº 0003-2022-BCRP se aprobó el aumento del encaje mínimo legal a 5,25% en febrero, a 5,5% en marzo, a 5,75% en abril y a 6% desde mayo de este año. Cabe señalar que esta tasa viene subiendo desde agosto del 2021.
El encaje es un instrumento de política monetaria que consiste en el requerimiento a las entidades financieras de mantener un porcentaje de sus obligaciones (principalmente depósitos) en bóveda o cuenta corriente en el BCRP.
Para conocer más sobre este aumento del encaje mínimo legal en soles, el profesor y experto en finanzas de la Pacífico Business School, Jorge Carrillo, nos responde 3 preguntas clave.
¿Qué es el encaje?
Según Carrillo, el encaje es el dinero que las entidades financieras no pueden prestar y sirve como reserva. Recordemos de S/9 de cada S/10 que las entidades financieras prestan, no es dinero de la institución, sino de los ahorristas.
Sin embargo, si un banco recibe S/100 de un depositante, no puede prestar todo ese dinero, pues debe dejar un porcentaje en su bóveda o en una cuenta corriente del BCR.
Este porcentaje -continúa Carrillo- es precisamente el encaje, que hoy se encuentra en 5%, por lo que, si la entidad recibe S/ 100, solo podría prestar S/ 95.
¿Para qué sirve el encaje?
En principio, el encaje permite a las entidades financieras tener una reserva de dinero para hacer frente a retiros de depósitos no previstos. No obstante, también es una herramienta de política monetaria del BCR para restarle liquidez a la economía y controlar la inflación.
¿Qué consecuencias traería el incremento del encaje?
Al poder prestar menos dinero, el incremento del encaje encarece el costo del crédito, por lo que se espera que este aumento se traslade al cliente final, incrementando las tasas de interés de los créditos en general, tanto para personas como para empresas.
Por lo tanto, un segundo efecto será la reducción de las colocaciones de las entidades financieras, afectando sus ingresos financieros.