Economía

Black Friday, el lado oscuro del consumismo que amenaza el planeta

En los países ricos se acumula unos 10 mil objetos por persona. ¿Cuántos de ellos necesitas realmente?

Imagen: Banksy
Imagen: Banksy

Entre las costumbres heredadas del país más consumista del mundo está el llamado Black Friday. Aunque es mentira que sea un día, son varios. Más de 24 horas de rebajas, reales o maquilladas, para alimentar la compra por impulso.

“Las estrellas de esta pretendida barra libre son la electrónica y la moda. Y aunque las marcas se empeñen en vender un Black Friday más green, lo cierto es que la única vía sostenible es no comprar o repensar el modelo económico" sostiene Nicola Cerantola, experto en economía circular y ecodiseño.

Se refiere a todo el sistema montado alrededor del consumo.

Cambio de modelo

Cerantola se refiere al llamado ecodiseño. No solo producir para que dure, sino con el menor impacto, teniendo en cuenta el ciclo de vida del producto desde que es materia hasta que deja de usarse y se tira. “Si los productos estuvieran ecodiseñados, su impacto se desvincularía del crecimiento económico”.

Mantiene que fomentar el consumo no genera riqueza. Para él, “con la demanda existente, los sistemas industriales van a estar sometidos a mucha presión y van a colapsar los ecosistemas, y con ello, se reducirá la capacidad de producir comida”.

Pero mientras la producción lineal de producir, usar y tirar solo se ocupa de vender mucho y rápido, hay ramas de la economía que reflexionan sobre las opciones que nos quedan como parte del planeta.

Roberto Ruiz Robles, del Instituto Superior de Medioambiente, es experto en decrecimiento, una rama de la economía que defiende que el crecimiento infinito es insostenible porque vivimos en un planeta con recursos limitados.

“No podemos mantener un crecimiento continuo. Es físicamente imposible. El agua es un buen ejemplo, hay que usarla de forma más eficiente porque va a haber cada vez más sequía”, señala Robles.

Asimismo, apunta que “el decrecimiento es una apuesta, un bálsamo, pero debe vivirse de forma auténtica y ver como una tontería el comprar tanto”.

“Un consumidor debería enfrentarse al Black Friday cuestionándose por qué compra las cosas, si realmente necesitamos ese objeto, si hace nuestra vida mejor o nos esclaviza”, apunta Cerantola.

“El consumismo es una deformación de la realidad. Estamos rodeados de objetos que no necesitamos y nos da pena tirar. Tener tantas cosas no es positivo ni bueno para la salud y el medioambiente”, expresa.

“El mejor favor que se le puede hacer a un cliente es no obligarle a comprar por impulso”, destaca Gema Gómez, directora de Slow Fashion Next.

Tal y como recuerda Carlos Ballesteros, “la sociedad de consumo esconde todo lo que pasa antes de que llegue a mi casa y todo lo que pasa después”.

FUENTE: Diario El País