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Cultural

Ricardo Sumalavia: "Narradores jóvenes quieren escribir historias originales, pero ya todo está contado"

La reedición de la novela 'Mientras huya el cuerpo', del escritor peruano Ricardo Sumalavia, ha sacado a flote viejas discusiones literarias. ¿Existe la creación desde el punto cero? Por otro lado, ¿es saludable seguir citando las ideas de los mismos autores? ¿Acaso ya se desgastó demasiado a Borges?

La primera edición de 'Mientras huya el cuerpo' fue publicada en el 2012. Foto: composición LR/Jazmín Ceras/La República/Editorial Planeta
La primera edición de 'Mientras huya el cuerpo' fue publicada en el 2012. Foto: composición LR/Jazmín Ceras/La República/Editorial Planeta

En la fotoportada de esta entrevista, el escritor peruano Ricardo Sumalavia mira al vacío, ensimismado, apresado por la melancolía. Si efectuamos un ejercicio simple de imaginación, bien podría estar amarrado a una silla, secuestrado, esperando a que alguien lo libere de su estado catatónico. Por coincidencia, al final de 'Mientras huya el cuerpo', cuento largo publicado bajo el sello de Seix Barral (Editorial Planeta), nos damos un portazo con esta escena, cuando el detective Apolo muta en Sumalavia. Porque Apolo también puede cobrar la apariencia del autor; y el autor, a su vez, en tantos otros, lo que recuerda a los delirios —o no— de Jorge Luis Borges.

Ricardo Sumalavia propone llevar el interesante discurso sobre los doppelgänger —el gemelo o doble fantasmal de las personas, similar a lo narrado en 'El retrato de Dorian Gray', 'El doctor Jekyll y el señor Hyde' o 'El hombre duplicado'— a otro nivel filosófico: a través del metalenguaje, es decir, en este caso, el incluirse a sí mismo en 'Mientras huya el cuerpo' como si de otro personaje se tratase. En esta entrevista, el también profesor universitario conversa con nosotros sobre viejas discusiones literarias y la reedición de su obra.

En síntesis, la historia versa acerca de la vida de Apolo, un policía en retiro adicto a la cocoa. Un día cualquiera, le piden que vuelva al ruedo y solucione un caso de feminicidio: Braulio apuñaló en la calle a Rebeca, su pareja. El exteniente, protagonista de 'Mientras huya el cuerpo', sospecha que la mujer engañaba al asesino, quien se suicidó una vez consumado su crimen.

"El amante debió ser algún hijoeputa de la zona, lo suficientemente maldito para que Braulio haya preferido matar a su mujer y luego matarse a él (…). Ya está resuelto".

'Mientras huya el cuerpo', página 16.

Sin embargo, este solo es el inicio de su infortunio. Su brillante deducción lo conduciría a comprobar su conjetura al acudir a la casa de la pareja. Cuando llega al domicilio, unos sujetos lo secuestran y lo amarran a una silla. Aquí se complican las cosas. Empieza la odisea de Apolo y esta se mezcla con las vivencias en Burdeos (Francia) de Sumalavia, todas relacionadas con los apuñalamientos.

Del mismo modo, en paralelo al crimen, se desarrolla la historia de Apolinario (página 23), otrora investigador policial que se involucró sentimentalmente con "la joven y recién enviudada suegra" de Sumalavia, en verano de 1986. El escritor confiesa que se inspiró en Apolinario para la construcción de Apolo en la ficción. Aquellos bien podrían ser el doble del otro. Incluso el Ricardo Sumalavia personaje sería el doppelgänger de Ricardo Sumalavia escritor. Ya es tarea del lector averiguarlo.

Diferencias entre su metaliteratura y la autoficción

Si consideramos que en esta novela (o cuento largo) las narraciones metaliterarias de Ricardo Sumalavia son el reflejo total de su pasado, entonces se confundiría parcialmente con autoficción ('Contarlo todo', de Jeremías Gamboa, o 'La distancia que nos separa', de Renato Cisneros, fungen como ejemplos).

"La metaliteratura es una reflexión sobre el lenguaje y la escritura. Cuando uno hace autoficción sucede lo mismo. De alguna forma, eres tú escribiendo de ti mismo, lo cual implica un desdoblamiento, una distancia de estar dentro y fuera al mismo tiempo. Ambos conceptos van articulados", refiere el autor de 'Mientras huya el cuerpo', sin distanciar tanto un concepto del otro.

Pero ¿por qué vio necesario y hasta indispensable incluir estas vivencias en Francia dentro del género policiaco? Sumalavia, director del Centro de Estudios Orientales de la Pontificia Universidad Católica del Perú, se rinde ante el proceso de escritura. Para él, es una marcha independiente de desgaste, sufrimiento y alegría porque se desatan las pasiones. Entonces, decidió integrar este arte de la creación con el caso policial de Apolo.

Portada de la edición chilena de 'Mientras huya el cuerpo'. Foto: Los Perros Románticos

Portada de la edición chilena de 'Mientras huya el cuerpo'. Foto: Los Perros Románticos

Palabra clave: apuñalamiento

En 'Mientras huya el cuerpo', todos los acontecimientos dramáticos se mueven en torno a los cuchillos o al apuñalamiento. "Recuerdo que veía películas de piratas, que buceaban con el cuchillo entre los labios para abordar el otro barco. También me pasa con el cuchillo cotidiano. ¿Cómo un solo objeto puede tener distintas funcionalidades? ¿Por qué una herramienta, a veces inofensiva, se convierte en violenta? El cuchillo es el arma más disponible. Curiosamente, le dicen 'arma blanca', como si purificáramos la violencia cometida, cuyo daño, además, se reitera si te apuñalan una y otra vez", medita.

Las referencias son múltiples: el acuchillamiento a Samuel Beckett (dramaturgo, poeta y novelista irlandés) como consecuencia de no darle limosna a un mendigo o el ataque hacia Amélie Hélie, apodada Casco de Oro (Casque d'Or), por enamorar primero a El Hombre, líder de la banda de los Orteaux, y luego irse con el cabecilla de los Popincourt, François Leca.

Otro hecho digno de profundo análisis fue el apuñalamiento simbólico al cuadro 'Venus del espejo' (alojado en la National Gallery de Londres), pintado por Diego Velázquez en 1647, del denominado Siglo de Oro español.

"En uno de los muchos actos reivindicativos perpetrados por las militantes del Women's Social and Political Union, la sufragista Mary Richardson (…) entró una tarde de marzo de 1914 a la National Gallery de Londres y, luego de romper un cristal de protección, dio siete puñaladas al cuadro de la 'Venus del espejo'.

'Mientras huya el cuerpo', página 94.

Ricardo Sumalavia añadió al respecto: "A ese símbolo femenino lo apuñalaron y solo era una representación… Es más, han vuelto a violentar el cuadro unos jóvenes que se manifestaban en contra de la contaminación ambiental, lo agarraron a martillazos".

Todo texto literario es huella de algo

En gran parte de 'Mientras huya el cuerpo', el educador se inspira en la realidad, específicamente de su estadía en Francia, donde, según la página 89, casi sufre un ataque con navaja después de empujar —de casualidad— a un hombre dentro de un bus porque no había espacio suficiente. Aquí, se subraya la experiencia de recrear una escena en la ficción, nacida de un altercado en un país ajeno.

"No defiendo la creación a partir de cero. Pienso en el teórico Gérard Genette y su libro 'Palimpsestos'. Para explicar el título, Genette hablaba de tablillas piedra en donde se escribía con cincel y un pequeño martillo. Se lijaba la tablilla, pero luego quedaba una huella de lo que se había escrito. En literatura pasa lo mismo. Siempre que escribimos, en la espada de nuestras palabras, hay otras escrituras. Estamos conectados con nuestra tradición y otras que nos han podido nutrir. Por decirlo de algún modo, cuando peleas con tu padre, igual llevas su oreja o nariz, no dejas de parecerte", comenta al rememorar el suceso del bus.

Hace una pausa, como tratando de combinar las palabras adecuadas, y prosigue en su reflexión: "Escucho de narradores jóvenes prometerse que escribirán historias nunca antes contadas, originales, pero ya todo está contado. Solo cambian las formas".

Ricardo Sumalavia y Gabriel Mamani en el conversatorio 'Tendencias narrativas de la literatura en Latinoamérica del siglo XXI', en la Feria Ricardo Palma. Foto: Facebook

Ricardo Sumalavia y Gabriel Mamani en el conversatorio 'Tendencias narrativas de la literatura en Latinoamérica del siglo XXI', en la Feria Ricardo Palma. Foto: Facebook

¿Llegará el momento de olvidarnos de mencionar a los referentes?

"Cuando dejamos de mencionar a algunos referentes, porque los consideramos implícitos, pasa un tiempo y descubres que te olvidas de la referencia y se distorsiona", dice Sumalavia. Cuando hablamos de "Yo soy el otro", Jorge Luis Borges se inmiscuye en la conversación, reclamando su lugar, tal vez recordándonos que esa frase no dejará de vincularse a su efigie. ¿O acaso es la terquedad del emisor como aparente portador de sabiduría?

"Borges usa la idea de 'Yo soy el otro', como en un verso de Rimbaud. Es paradójico: nos vemos en el otro, nos identificamos con él, pero no somos el mismo". Asimismo, de acuerdo con el catedrático, la presencia de la figura argentina es potente en la literatura porque ha tocado muchos puntos. "Se ha burlado de sí mismo, ha sido irónico con todo", resalta de inmediato.

Ricardo Sumalavia, en 'Mientras huya el cuerpo', edifica su novela utilizando sus anécdotas como material para los cimientos. Su inusual estructura de acordeón (la trama de Apolo es la primera hilera de botones; las interminables vivencias de Apolinario y Ricardo son el fuelle o las partes plegables del instrumento; y, por último, los sucesos en la habitación del secuestro representan los botones de los bajos) sobrevive al paso de los años, desde el 2012, y continúa su tradición de infiltrarse él mismo entre las páginas.

Libro disponible en la Feria Ricardo Palma.

Bachiller en Periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza. Periodista de las secciones Ciencia y Culturales. Corrector de estilo de la web de La República. Elabora reseñas de libros y crónicas en suplemento Domingo. Escritor de ciencia ficción, terror y misterio. Sus cuentos han aparecido en diversas antologías nacionales e internacionales.