Cine y series

Carlos Alcántara sobre “El año del tigre” y su declaración de los ‘tutoriales’: “No soy un improvisado”

Aun recuperándose de una severa lesión, Carlos Alcántara responde a las críticas por su declaración sobre haber dirigido “¡Asu mare! Los amigos” ‘viendo tutoriales’ y explica algunos de los misterios detrás de “El año del tigre”.

“Se me metió en la cabeza que mi personaje se parece al de David Carradine en la serie'Kung fu'. Decidí alisarme el pelo”. Foto: Star
“Se me metió en la cabeza que mi personaje se parece al de David Carradine en la serie'Kung fu'. Decidí alisarme el pelo”. Foto: Star

Por: Sandro Mairata

Sentado y con una pierna destrozada, Carlos Alcántara anda en pie de guerra. Soy su tercer entrevistador del día, pero en la semana, que ya termina, el actor peruano ha respondido usando el altavoz de los medios a un acumulado de temas que no lo tienen tranquilo.


Está la decisión de Latina de reponer “Pataclaun”, el popular espacio cómico por el cual sus excompañeros reclaman regalías. Están las duras críticas a la manufactura de “¡Asu mare! Los amigos” —su debut como director—, la taquillera cinta de Tondero (más de 700.000 espectadores) sobre la cual el crítico Ricardo Bedoya sentenció que era “una película absolutamente fallida”. Y está la declaración que diera a Luis Carlos Burneo, de La Habitación de Henry Spencer, en la cual dijo de forma cándida: “Ahora que asumí la dirección, empecé a ver algunos tutoriales (…). Yo no soy una persona formada en dirección ni formada en cine. Si me preguntan sobre cine, de verdad que no sé mucho”.

La película fue rodada en República Dominicana, pero puede representar a cualquier barrio chino en Latinoamérica. Foto: Star

La película fue rodada en República Dominicana, pero puede representar a cualquier barrio chino en Latinoamérica. Foto: Star

Espacios como “Amor y fuego” le añadieron con mucha cizaña a esta declaración la inexistente coda “tutoriales de YouTube” y la bola fue creciendo en redes hasta formar, en la mente de varios, la imagen de un Carlos Alcántara por completo ignorante en la manufactura de una película y literalmente dirigiendo su filme con videos de YouTube al lado para resolver sobre la marcha qué demonios hacer.

Con una extensa carrera que se remonta a 1981 y hoy con 58 años cumplidos, Alcántara es nuestro actor más taquillero gracias a la saga de “Asu mare” y el fenómeno que fuera “Pataclaun” —además de su paso por series y películas de otros géneros—. Aquí responde en el marco de la promoción de su nuevo protagónico en la producción peruano-dominicana “El año del tigre”.

La primera pregunta es esta: ¿en qué momento descansas? Estás lanzando producciones una tras otra; hace poco estuve en lo de “¡Asu madre! Los amigos”; inmediatamente ya estás con “El año del tigre”, y creo que escuché a Miguel Valladares (gerente general de Tondero) decir que iban a estrenar “La casa del caracol”.

—Lo que pasa es que “La casa del caracol” se hizo dos años atrás, en plena pandemia. Y son coincidencias. “¡Asu mare! Los amigos” se hizo también el año pasado y se estrenó ahora en tiempo récord. Si no fuera por este episodio del accidente, hubiera tenido que estar en todos los programas haciendo entrevistas y hablando de “El año de tigre”. Pareciera que no paro, pero sí hay un tiempo porque yo programo mi año para poder también darle la prioridad a lo más importante, que es la familia. Estaba a cuatro semanas de filmar en Argentina una película muy interesante, muy muy importante para mí. Yo pensé que llegaba, pero el doctor, cuando me ha operado, me dijo que serían mínimo seis semanas (de reposo). Ahorita, como estoy, pensar solamente que dentro de dos semanas tendría que irme a filmar… No hay forma. Estoy de 'mírame y no me toques', me siento como loco.

—“El año del tigre” tiene la particularidad de que se filma en República Dominicana, pero reúne a tres actores de “Patacláun”. ¿Cuánto participaste tú de esa decisión o simplemente te convocaron y te llevaste la sorpresa?

Yo me llevé la sorpresa justo cuando estaba allá. No tengo nada, ninguna injerencia ni nada; no sé si Miguel Valladares —que no lo creo— me hubiera dicho. Yo creo que ahí es un tema de sorpresa para mí, y de verdad que ha sido increíble, pues, con ellos… Es como jugar con tus compañeros de equipo de toda la vida, que ya tú ni te miras y sabes que este corre por acá y que te va a centrar y le vas a hacer gol.

Porque uno pensaría desde el lado del negocio que, con la experiencia que tienes, tendrías alguna capacidad de veto o de pedir que traigan a este u otro actor.

—No, porque no es mi producción. Esta es una productora de República Dominicana. El productor de la película es amigo de Miki (Valladares) de otras cosas —de la vida y de otras producciones por ahí— e imagino que por ahí debe de haber estado la conexión y sugerencias.

—La historia del filme es truculenta. Se anuncia como “comedia”, pero tiene ingredientes de crimen, de thriller; desorienta al espectador. ¿Cómo fue el proceso desde el guion hasta los ensayos? ¿Conocías a los actores?

—A Nashla Bogaert la conocí hace muchos años en los Premios Platino. Conocía al productor, sabía de él. Simplemente me dieron la posibilidad, me dijeron “acá está el guion, léelo, ¿te gusta?”. Yo estoy en ese plan hace años. Lo primero que hago para aceptar un trabajo es, no es ni dinero ni nada, simplemente el guion. Me llegan un montón y he dicho no también. Me llegan para hacer cosas parecidas; yo estoy en la búsqueda de exigirme a mí mismo, salir de mi zona de confort hace tiempo. No le hago mucho aspaviento, pero ya tengo siete películas afuera. No me interesa decirle a todo el mundo “mira, hago películas afuera”, sino es una cuestión de crecimiento personal.
Cuando en “El año del tigre” supe que mi personaje era chino, o del mundo de los chifas, entonces me puse a investigar y se me vino a la cabeza que podría ser como el personaje de David Carradine en la serie “Kung fu”; que es medio chino, pero no es. Entonces decidí lacearme el cabello —yo soy crespo—, y medio que no salió como yo quería, pero le mandé la foto al director y me dijo “me gusta”. Sobre eso empecé a trabajar la corporalidad del personaje, medio que se rasca, camina doblado…

Nashla Bogaert es una de las estrellas de "El año del tigre". Foto: Star

Nashla Bogaert es una de las estrellas de "El año del tigre". Foto: Star

—Desde la apertura, pareciera que estamos en el Chinatown de Manhattan, pero
luego vamos decantando y parece que estamos en un barrio chino de cualquier lugar. ¿O la historia se desarrolla en República Dominicana?

— Hay partes filmadas en el Chinatown de verdad y otras en República Dominicana, pero, como tú lo dices muy bien, esta película podría representar cualquier barrio chino.

—Y, sin embargo, le meten palabras como 'chaufa'. ¿Estaba en el guion o fue aporte peruano?

—El productor también escribió el guion y ha vivido en Perú. Ese es un aporte de él, pero tú te vas a cualquier país de la región y ya saben lo que es un chaufa. La película es un mix de varias cosas. Los técnicos son de varios países. El director de fotografía es español. El asistente de dirección es uruguayo. El continuista es colombiano, y todos con harta experiencia. República Dominica es un país supercinematográfico, se hace mucho cine.

—Esta amalgama crea un lenguaje singular; hay personajes raros, bizarros, como el dueño del restaurante rival de al frente, una especie de predicador. ¿Cuál es tu expectativa?

— Yo quiero que la vea mucha gente. Porque siempre reclaman “siempre es lo mismo”, tonteras que se escriben en redes. Gente que de repente ni siquiera va al cine, pero siempre dicen cosas como “otra vez los mismos actores”, “otra vez las mismas películas”, “otra vez la misma historia”, “hagan mejores películas”, y, cuando hay una buena película o una película dentro de lo que ellos quieren, no la ven.

—Quería aprovechar que te tengo acá porque hace un mes causó revuelo tu declaración de que te habías preparado como director viendo tutoriales.

—Gracias por darme la oportunidad, porque de verdad que fue un apanado de mucha gente que se sumaba a algo que ni siquiera existía, ni siquiera lo he dicho y me dieron de alma como si fuera verdad. Eso es lo que pasa con las redes, que todos repiten algo que ni siquiera han visto, ni siquiera es verdad. ¿Cómo tú puedes creer que podría dirigir yo con el celular viendo el tutorial…?

—Pero dijiste que habías visto tutoriales. Lo dijiste, eso no lo puedes negar.

—Si tú revisas esa entrevista fatídica de este chico (Luis Carlos Burneo) que mueve cielo y tierra para hacerse más famoso y ahora está feliz con su Premio Luces… Pero él se encargó de que esto corriera como pólvora, él y otros cuatro que se encargaron hasta de hacer una producción para desinformar y desacreditar mi trabajo. A mí me preguntan “¿qué tal como director?”, y yo digo "pucha, una experiencia superlinda, enriquecedora". Yo estoy feliz porque, escúchame, hace 36 años que soy actor, de los cuales toda mi vida soy superobservador; en las “¡Asu mare!” yo casi he sido codirector porque estoy en todos los procesos.

De ahí, he sido productor de diez películas, en las que he sido protagonista y estoy en todos los procesos, desde el guion, el rodaje y la postproducción. He participado en las ediciones, en la post de sonido, en la post de audio, aportando, viendo; yo sé cómo se hace una película, sé cómo se dirige una película, no soy un improvisado ni la haría menos de taquito. (…) En realidad, la palabra no era “tutoriales” porque lo que yo he visto ha sido un par de clases maestras, una de (Alfonso) Cuarón y otra de Guillermo del Toro. Pero hace tiempo que yo vengo viendo, porque yo también tomo fotos, yo también tengo mis equipos, me meto a cursos de dirección de fotografía, de dirección. ¿Entiendes? Pero dije, pues, por ahí como de alguna forma ligera, “por ahí debo de haber visto” (los tutoriales). Pero eso no me hace a mí director, a mí me hace director tener información de cómo se hace una película, conversar y reunirme con las cabezas de área de cada grupo: director de arte, director de fotografía, asistente de dirección, vestuario y maquillaje. O sea, estoy en todo. Y después viene la posproducción en rodaje.

Los técnicos, algunos con los que he trabajado como actor, me decían “oye, qué loco, nunca has dirigido, pero parece que hubieras dirigido toda tu vida”. ¡Porque soy actor! Y he dirigido con la experiencia de actor; mis actores en la película (“¡Asu mare! Los amigos”) están bien, bien movidos, están naturales, no hay nada zafado, he hecho una comedia, han ido 750.000 espectadores. No puede ser que esté mal hecha la película.

No será la película que a los cineastas o a los cinéfilos o a los que son puristas (les guste); les parece un bodrio. Sí, pues, porque no tiene que gustarle a todo el mundo, pero, escúchame, yo salgo a la calle y recibo puras felicitaciones, de verdad. Entonces, no pueden ser tan ligeros varios tipos para desinformar, para que me escriban a mí y me digan “seguro que también la vas a dirigir con tutoriales”.