Andrea Hoyos: “El cine es un campo hostil para las mujeres”
Joven cineasta peruana habla de Autoerótica, cinta que presenta en el Festival de Cine de Lima. También sobre las denuncias de acoso en la industria local.
Bruna es una adolescente que está explorando su sexualidad. Mediante un programa de citas por internet, empieza una relación que sobrepasará su espíritu y le hará confrontar la libertad de su cuerpo; ayudándola a reconectarse con su verdadera identidad.
Esta es la sinopsis del largometraje de la joven cineasta peruana Andrea Hoyos (26) que se encuentra compitiendo en la sección Oficial del Festival de Cine de Lima.
“Desde muy joven, desde que empecé a estudiar cine, comencé a entender el feminismo como tal y mi activismo empezó a ser parte importante de mi vida, de mis espacios. Entonces, fue inevitable que eso se vea reflejado en mi trabajo o, en todo caso, en lo que yo quería hacer, que era cine”, nos dice sobre su interés acerca del amplio mundo de los adolescentes. “Yo tenía 23 cuando hice Autoerótica, edad en que se juntaron el activismo y el cine. Era como poner las cosas que me estaba cuestionando en ese momento de mi vida”, nos cuenta.
“Hay cineastas más jóvenes que yo en Perú y eso me gusta. Quiero que haya más cineastas mujeres jóvenes, sé que las hay. Creo que es importante tener miradas más frescas. Está bueno que esta generación también cuente y exponga sus problemáticas”, dice.
¿Crees que en ciertos sectores sigue siendo un tabú hablar de la vida sexual de los jóvenes?
Creo que sí, vivimos en un país muy machista y recontraodiante y transodiante. Entonces, pienso que es muy difícil realmente expresar tu sexualidad tanto como orientación sexual en un país que además es superhostil con las mujeres y no solamente con ellas sino con las comunidades como LGTB+, con las minorías. Eso también habla del clasismo y racismo que vivimos. Pero también es un momento en el que, de hecho, cada vez más se está viendo que las mujeres y las personas LGTB toman espacios en las discusiones, tienen puestos de liderazgo, pero aún no es suficiente. Estamos hablando también de una industria, por ejemplo, del cine, en la que el año pasado durante la pandemia salieron denuncias a muchísimos directores de cine y trabajadores del audiovisual. Entonces, creo que al menos hablando desde mi área de trabajo, el cine sí es un campo muy violento para nosotras. Y pensándolo bien, yo soy profesora y me pongo en el lugar de mis estudiantes, chicos o chicas homosexuales o trans masculinos que puedan estar siendo juzgados en este país. De hecho, es algo que me pone muy triste y en lo cual pienso mucho.
Las denuncias que aparecieron el año pasado quedaron, al parecer, ahí nomás.
Sí, son denuncias que no avanzan, que no proceden, que en realidad quieren que no procedan. Ellos (los acusados) siguen viviendo su vida como si nada hubiera pasado y la sociedad acepta eso, cuando en verdad hay un montón. Hubo muchas chicas que abandonaron sus carreras y ahora, de repente, podrían ser buenas directoras o estarían culminando sus estudios. Por suerte, el Sindicato de Trabajadoras y Trabajadores Audiovisuales y Cinematográficos del Perú (Sinca Perú) ha sacado un protocolo en contra del acoso. Era algo que no teníamos y eso es un gran trabajo de parte de ellos. Pero creo que todas las escuelas, universidades y rodajes deben respetar ese tipo de protocolo para que podamos trabajar tranquilas.
Para quienes aún no han visto Autoerótica, ¿qué es lo quieres decir con esta historia?
Que tenemos que empezar a ver a nuestro alrededor y darnos cuenta que hay gente que siempre está ahí, gente que nos va a acompañar hasta el final, pase lo que nos pase. Siempre hay que voltear a ver a nuestras madres, amigas, profesoras y, en general, a la vida.