Aumentan las superbacterias resistentes a antibióticos: microbióloga advierte sobre la automedicación y mal uso de fármacos
Las infecciones comunes están volviéndose cada vez más difíciles de tratar. Las bacterias son más resistentes a los antibióticos, lo que pone en riesgo a la salud humana.
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La resistencia a los antibióticos se ha convertido en una amenaza que comenzó a expandirse de forma silenciosa. Una de cada seis infecciones bacterianas comunes confirmadas en laboratorio fue resistente a los tratamientos con antibióticos en 2023, una proporción que se eleva a una de cada tres infecciones, según un informe publicado en octubre por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Entre 2018 y 2023, la resistencia a los antibióticos aumentó más del 40 % en las combinaciones de patógenos y fármacos monitoreadas, con un incremento anual estimado de entre el 5 % y el 15 %, de acuerdo con el Informe Mundial sobre la Vigilancia de la Resistencia a los Antibióticos 2025.
La República conversó con María Pons, microbióloga e investigadora de la Universidad Científica del Sur, para entender qué ocurre con la resistencia a los antimicrobianos, por qué las bacterias evolucionan tan rápido y qué podemos hacer para protegernos. Su diagnóstico es claro: están en los alimentos, objetos, e incluso en los hospitales que consideramos seguros. A esto se suma algunos malos hábitos de la población.
Las bacterias avanzan más rápido que la medicina
Las bacterias han desarrollado resistencia desde hace mucho tiempo a los medicamentos diseñados para combatirlas, lo que ha vuelto inútiles muchos fármacos. Y esto se ha visto acelerado por el uso masivo de antibióticos para tratar a humanos, animales y alimentos. Las superbacterias resistentes a los antimicrobianos (RAM) causan directamente más de un millón de muertes y contribuyen a casi cinco millones cada año.
Las mutaciones espontáneas en su material genético pueden darles ventajas para sobrevivir frente a los medicamentos. Pero el problema se intensifica cuando se exponen a estos. "Las bacterias circulan por todos lados, las encontramos en las aguas, alimentos, utensilios y nuestro propio cuerpo. Cada vez son más resistentes, porque los hemos ido como exponiendo a los antibióticos", explica Pons.
Las enfermedades siempre son un peligro, pero preocupa aún más cuando un antibiótico que antes funcionaba deja de hacerlo. "Lo que va a pasar es que te cambian a otro tratamiento que sea efectivo, se alargarán los días que vamos a estar mal y también los costos económicos de la enfermedad. En el peor de los casos puede acabar con la muerte del paciente por no recibir un tratamiento adecuado tras haberse diseminado la infección. Y ya está, la bacteria gana la batalla", advierte la experta.
Bacterias presentes en todos lados
En Lima, un estudio realizado por la Universidad Científica del Sur en mercados del distrito de Villa El Salvador encontró que la Escherichia coli, una bacteria común en el intestino humano y animal, estaba presente en carne de pollo y res con niveles de resistencia muy elevados. Lo más alarmante fue hallar resistencia a la colistina, un antibiótico considerado de última opción cuando otros medicamentos ya no funcionan.
“Las bacterias guardan los genes que les favorecen para sobrevivir, los restos de antibióticos están presentes incluso en nosotros mismos por tratamientos anteriores. Esto provoca que las bacterias vayan adquiriendo más mecanismos de resistencia y como seguimos expuestos, les ayuda a su supervivencia", señala la microbióloga. “Estamos expuestos cada vez a bacterias más resistentes… ya están por todos lados”, agregó.
La microbióloga comenta que en el laboratorio solían ver bacterias resistentes a dos o tres antibióticos; ahora encuentran algunas que no responden a más de quince e incluso a todos los que se prueban.
Pero los alimentos no son el único vehículo. Otro estudio de la universidad realizado en un mercado peruano analizó los celulares de 214 vendedores de comida. Setenta y siete dispositivos tenían bacterias resistentes a dos, tres, cuatro y hasta cinco tipos diferentes de antibióticos. Y la situación dentro de los hospitales no es distinta: en el Hospital Nacional Dos de Mayo se hallaron cepas resistentes en los celulares y uniformes del personal de salud.
Bacterias más comunes
Algunas de las bacterias más peligrosas son aquellas asociadas a la atención hospitalaria, especialmente cuando el sistema inmune del paciente está debilitado. Según Pons, la “Acinetobacter baumannii, Klebsiella y Pseudomonas suelen deambular por el hospital” y pueden ingresar al cuerpo a través de catéteres u otros dispositivos médicos.
En la comunidad, la E. coli también puede causar infecciones graves cuando abandona el intestino y llega a sitios donde no debería estar, como el sistema urinario, los pulmones o la sangre. “Si están en el lugar equivocado, provocan que nuestro sistema inmune desfallezca y es cuando nos causan enfermedades”, explica.
El uso responsable de los antibióticos y cambio de hábitos
Si bien la presencia de bacterias resistentes está extendida, hay medidas simples que pueden reducir el riesgo de contagio. Pons destaca la importancia de “extremar las medidas de lavado de manos” y mejorar la higiene en la cocina: evitar usar el mismo cuchillo para alimentos crudos y listos para comer, desinfectar superficies y cocinar correctamente las carnes.
Pero insiste en que las soluciones no pueden recaer únicamente en las personas. “Creo que se deben hacer cosas más a nivel político… regular mejor el uso de antimicrobianos, controlar el descarte de medicamentos al agua y concienciar sobre su uso en el sector productivo”, señala. También es urgente fiscalizar la venta libre de antibióticos, aún frecuente pese a las regulaciones existentes.
Sobre el uso adecuado, la especialista señala: “Solo hay que tomar antibióticos cuando nos los receta un médico”. Usar medicamentos sobrantes, seguir recomendaciones de familiares o automedicarse agrava un problema que ya está afectando a millones. “No podemos tomar antibióticos cuando nos queda de la otra vez… hay que usarlos cuando realmente haya un diagnóstico de infección”.

















