Una rara estructura cayó en el desierto de Australia y los científicos intentan saber su naturaleza y origen
El objeto ardiente fue encontrado en una zona remota y provocó la investigación de varias instituciones. La principal sospecha es que provendría del espacio.
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Unos mineros se dieron la sorpresa al encontrar un objeto en llamas en una carretera del desierto cerca de Newman, una ciudad minera de Australia. La extraña estructura, compuesta de fibra de carbono y metal, aún ardía cuando fue hallado, lo que llevó a los trabajadores a alertar de inmediato a las autoridades. Según los expertos, se trataría de basura espacial, aunque su origen exacto aún se investiga.
El objeto despertó rápidamente la atención de las autoridades científicas y de seguridad. La Policía de Australia Occidental y la Agencia Espacial Australiana realizan las averiguaciones junto con los primeros testigos que apreciaron la estructura. “Las evaluaciones iniciales indican que el artículo estaba hecho de fibra de carbono y podría ser un recipiente a presión recubierto de material compuesto o un tanque de cohete, consistente con componentes aeroespaciales”, señaló un portavoz policial.

El objeto misterioso estaba en llamas cuando fue descubierto. Foto: Policía de Australia Occidental
Un artefacto en llamas en medio del desierto
El trozo de metal fue descrito por los mineros como una pieza ennegrecida y aún ardiente. Este se encontraba junto a un camino de díficil acceso. El hecho llamó la atención por su tamaño y por la intensidad del calor que emitía. Las autoridades acordonaron la zona y enviaron muestras para su análisis técnico en Canberra.

Las investigaciones iniciales apuntan a que el objeto forma parte de una nave espacial. Foto: Policía Australia Occidental
La arqueóloga espacial Alice Gorman, profesora de la Universidad de Flinders y autora del libro Dr. Space Junk vs the Universe, explicó que los primeros indicios apuntan a que se trata de una estructura perteneciente a un cohete Jielong, un modelo fabricado en China. “Parece ser la cuarta etapa de un cohete Jielong. Se lanzó uno a finales de septiembre. Si es el del día 25, significa que lleva un tiempo orbitando la Tierra y apareció de repente”, explicó a The Guardian.
Gorman destacó que no había predicciones de reingreso para ese objeto. “No había ninguna indicación de que fuera a reingresar en este momento, por lo que la gente no lo esperaba. Cuando fui a buscar predicciones de reingreso, no pude encontrar nada, lo que es un indicio de lo repentino del hecho”.
Las sospechas de un cohete chino
Las investigaciones se centran en confirmar si el fragmento procede efectivamente del cohete Jielong-3, lanzado desde China el 25 de septiembre. Si se verifica, el objeto habría permanecido varias semanas orbitando el planeta antes de caer sin control sobre el interior de Australia. Los especialistas no descartan que sea la cuarta etapa del cohete, fabricada con materiales compuestos de alta resistencia como fibra de carbono, acero inoxidable o aleaciones de titanio.

Las primeras evaluaciones indican que el objeto estaba hecho de fibra de carbono. Foto: Policía Australia Occidental
“El objeto continúa bajo investigación, aunque sus características son consistentes con los desechos de reingreso espacial conocidos… los ingenieros de la Agencia Espacial Australiana realizarán una evaluación técnica adicional para ayudar a identificar su naturaleza y origen”, informó la policía.
Los funcionarios de seguridad del transporte descartaron la posibilidad de que proviniera de un avión comercial. Las características del material, su forma y el lugar del impacto coinciden con casos anteriores de desechos espaciales que reingresaron a la atmósfera sin control.
La basura espacial, una amenaza creciente sobre la Tierra
El director general de la Agencia Espacial Europea (ESA), Josef Aschbacher, advirtió que la basura espacial se ha convertido en un desafío urgente. “Los firmantes de la carta de cero residuos se comprometen a retirar la nave espacial de la órbita al final de su vida útil”, declaró durante el Congreso Astronáutico Internacional celebrado recientemente en Australia. Añadió que las naves deben diseñarse para desintegrarse antes de alcanzar la superficie.
Gorman coincidió en la necesidad de establecer planes de fin de vida para cada lanzamiento. “Podrían ser reingresos controlados donde se los dirige a Punto Nemo, el cementerio de naves espaciales”, explicó. Sin embargo, advirtió que los tanques de combustible fabricados con acero inoxidable y fibra de carbono tienen puntos de fusión muy altos y pueden sobrevivir a la fricción atmosférica.
Aunque la caída de restos espaciales se ha vuelto más común, encontrar una pieza todavía en llamas es un evento poco habitual. El caso de Newman reabre el debate sobre la responsabilidad internacional frente al aumento de lanzamientos y los riesgos que representan los fragmentos que no se desintegran completamente al reingresar.




















