Científicos descubren que un tsunami no necesita ser provocado por un fuerte terremoto para ser devastador
Los terremotos ocurridos hace casi 150 años en Chile y Perú revelaron que la magnitud no es lo más importante para provocar un tsunami.
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Durante décadas, los científicos creyeron que la magnitud de un terremoto determinaba el tamaño de un tsunami. Sin embargo, un estudio reciente pone en duda esa idea. Tras analizarse los eventos sísmicos ocurridos en el siglo XIX a lo largo de la costa del Pacífico sur —desde Perú hasta Chile— se concluyó que la magnitud no siempre determina la aparición de olas gigantes y que otros factores pueden ser cruciales.
Los investigadores del Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN) y la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, analizaron registros de antiguos mareógrafos ubicados en Estados Unidos y Australia para estimar con mayor precisión la magnitud de los grandes sismos ocurridos en el sur de Perú y el norte de Chile en 1868 y 1877.
Terremotos que reescriben la historia
El análisis de estos registros históricos permitió calcular que el terremoto de 1868 tuvo una magnitud entre 8.8 y 9.1 Mw, mientras que el de 1877 alcanzó entre 8.8 y 8.9 Mw. Ambos eventos se produjeron en un segmento del litoral considerado una brecha sísmica madura, es decir, una zona donde se espera la acumulación de energía capaz de generar un nuevo gran terremoto en el futuro.

Representación del terremoto de 1868 en Chile grabado en madera. Foto: The Illustrated Melbourne Post.
Debido a que los instrumentos modernos aún no existían antes de 1900, los científicos crearon terremotos sintéticos. Estos escenarios simulados ayudaron a llenar los vacíos de información y a comparar los eventos antiguos con terremotos recientes, como el del Maule en 2010, que tuvo características similares, aunque de menor poder que el de Valdivia en 1960.
“Saber y poder comprender cuáles son las características de los tsunamis históricos, nos ayuda a entender cuáles son los máximos posibles y con eso, poder validar los modelos que tenemos” explica el ingeniero Patricio Catalán, coautor del estudio. Además, agregó que “estos resultados nos ayudan a tener una visión mucho más clara de lo que es lo que ha pasado antes, y que de seguro ocurrirá en el futuro”.
La magnitud no lo es todo
El estudio pone en evidencia que no todos los grandes tsunamis son consecuencia de terremotos colosales. En realidad, el factor determinante es el deslizamiento entre las placas tectónicas. Cuando ese desplazamiento ocurre en una ruptura corta —de entre 100 y 400 kilómetros—, la energía se concentra con mayor intensidad, deformando la corteza terrestre y transfiriendo más fuerza al agua.

Mareógrafos del Pacífico que registraron los tsunamis de 1868 y 1877. Foto: Geophysical Research Letters.
Según Catalán, este comportamiento explica por qué algunos eventos de menor extensión pueden generar tsunamis de Amplitud Máxima superior a los provocados por rupturas largas. “La magnitud nos dice parte de la información, pero no es la más relevante para el tsunami”, destacó subrayando la importancia de considerar la geometría de la ruptura y el tipo de desplazamiento al evaluar el potencial destructivo de estos fenómenos.
El hallazgo no solo desafía los modelos tradicionales de predicción, sino que también refuerza la necesidad de actualizar los sistemas de alerta temprana en zonas costeras de alto riesgo en Chile y Perú, donde el silencio sísmico de más de un siglo podría anticipar nuevos eventos de gran intensidad.





















