Científicos crean cemento biohíbrido que guarda electricidad y recupera 80% de su capacidad original
Investigadores de Dinamarca desarrollan un cemento capaz de actuar como supercondensador biohíbrido, almacenar energía y regenerar su rendimiento con nutrientes.
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El cemento vivo dejó de ser un concepto futurista para convertirse en un hallazgo científico que podría transformar la industria de la construcción. Investigadores de la Universidad de Aarhus, en Dinamarca, presentaron un material que, además de soportar peso, funciona como un supercondensador biohíbrido capaz de almacenar electricidad y recuperar hasta el 80% de su capacidad energética al recibir nutrientes.
El estudio, publicado en la revista Cell Press, revela que este cemento con bacterias mantiene sus propiedades estructurales y abre la posibilidad de levantar infraestructuras autosuficientes y edificios inteligentes capaces de colaborar con fuentes de energía renovable en construcción como los paneles solares. “Hemos combinado estructura y función en un solo material”, explicó el investigador principal Qi Luo.
El cemento vivo que almacena energía: así funciona la bacteria que lo convierte en supercondensador
La clave de este desarrollo está en la integración de bacterias vivas en el cemento. Los científicos utilizaron la especie Shewanella oneidensis, reconocida por su capacidad de transferir electrones a superficies externas mediante un proceso denominado transferencia electrónica extracelular. Gracias a esta propiedad, los bloques de cemento se convierten en supercondensadores biohíbridos.
Lo sorprendente es que el material conserva su funcionalidad incluso después de que los microbios mueren. Para reactivar el sistema, los investigadores incorporaron un circuito microfluídico que inyecta proteínas, vitaminas, sales y nutrientes, lo que permite recuperar hasta un 80% de la capacidad original de almacenamiento energético. En pruebas de laboratorio, conectando seis bloques en serie, se generó suficiente electricidad para encender una luz LED.
Shewanella oneidensis, la bacteria que convierte al cemento en una batería recargable
El uso de Shewanella oneidensis convierte a este material en una herramienta clave para la construcción sostenible. A diferencia de las baterías convencionales basadas en litio o cobalto, que son costosas y contaminantes, este sistema utiliza componentes abundantes y bacterias naturales no modificadas genéticamente. Esto lo hace más asequible y con un menor impacto ambiental.
Además, los ensayos demostraron que el cemento que almacena energía mantiene su rendimiento incluso bajo condiciones extremas de frío o calor. Según Qi Luo, “una habitación construida con este material podría almacenar cerca de 10 kWh, suficiente para mantener un servidor empresarial en funcionamiento durante un día completo”. La visión apunta a que muros, cimientos y puentes no solo soporten estructuras, sino que también funcionen como almacenamiento energético regenerativo en ciudades que buscan reducir su dependencia de sistemas tradicionales.

















