Científicos lograron crear una piel artificial que permitirá a los robots sentir calor y dolor como un humano
La nueva tecnología brindaría a los robots el sentido del tacto, gracias a un material innovador que detecta presión, temperatura y otros estímulos, permitiendo una mejor interacción física.
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Un equipo de ingenieros ha desarrollado una piel artificial capaz de otorgar a los robots un tacto casi humano. La piel fabricada con un material de gel flexible, puede transformar la superficie de una mano robótica en un sensor inteligente sensible. A diferencia de otras pieles artificiales, diseñadas por la combinación de distintos sensores, este nuevo material puede detectar la presión, temperatura, dolor e incluso distinguir varios contactos a la vez.
La piel robótica desarrollada por la Universidad de Cambridge y la Universidad College de Londres fue incorporada como si fuera un guante que demuestra su gran flexibilidad y capacidad de moldearse en varias formas complejas. La tecnología detecta y procesa diversas señales físicas que permitirá a los robots una mejor interacción con el mundo físico. "Queríamos desarrollar una solución que pudiera detectar múltiples tipos de tacto a la vez, pero en un solo material", señaló David Hardman, autor principal del estudio.
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¿Cómo funciona la piel robótica?
La piel está compuesta por un hidrogel elástico y conductor que actúa como un sensor completo en sí mismo. En lugar de requerir múltiples sensores distribuidos por separado, este material detecta diversos tipos de estímulos —como presión, temperatura o daño físico— desde cualquier punto de su superficie. Esto es posible gracias a una red interna de más de 860,000 caminos microscópicos por donde se transmiten señales eléctricas.

La piel posee múltiples sensores que le permite percibir diversos estímulos. Foto: Universidad de Cambridge
Para leer estas señales, los investigadores colocaron solo 32 electrodos en la base de una mano robótica moldeada con este material, lo que bastó para recolectar más de 1.7 millones de datos. Luego, mediante técnicas de aprendizaje automático, entrenaron un modelo capaz de identificar con precisión el tipo de contacto recibido: desde un toque suave hasta un corte o una fuente de calor.
¿Qué utilidad futura tendría la nueva piel robótica?
Esta innovadora piel podría transformar múltiples industrias al dotar a los robots de una percepción más cercana a la humana. En el campo de la robótica humanoide y las prótesis, permitiría desarrollar extremidades artificiales capaces de detectar estímulos del entorno con gran precisión, mejorando la interacción con personas y objetos. En escenarios médicos o de asistencia, esta tecnología sería clave para crear dispositivos que respondan al tacto o a condiciones externas, haciendo más naturales las tareas que requieren delicadeza o sensibilidad.
Además, sus posibles aplicaciones se extienden a sectores como el automotor y el rescate en desastres. Robots equipados con esta piel podrían identificar superficies calientes, peligrosas o dañadas en tiempo real, algo crucial en entornos de riesgo donde el contacto con ciertos materiales puede comprometer la seguridad. Gracias a su bajo costo, durabilidad y capacidad de adaptarse a formas complejas, la piel también podría utilizarse en la fabricación de robots industriales más eficientes y sensibles a su entorno.


















