Cuando los volcanes se acercan a entrar en erupción, más verdes se volverán los árboles que lo rodean
El verdor de los árboles pueden actuar como indicadores visuales de actividad volcánica al absorber CO2. El estudio ayudaría en las predicciones de erupciones volcánicas.
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Un estudio reciente revela que los árboles cercanos a un volcán muestran un verdor más intenso previo a una erupción inminente. Hasta ahora, estos sutiles cambios de color solo podían observarse desde la Tierra, pero recientemente los científicos encontraron una forma de monitorearlos desde el espacio.
El hallazgo es resultado de una colaboración entre la NASA y el Instituto Smithsonian, en la que investigadores analizaron imágenes satelitales de volcanes activos, como el Monte Etna en Italia, entre 2011 y 2018. Observaron que el color de los árboles y su respuesta al dióxido de carbono volcánico podía anticipar el ascenso del magma antes de que se liberen otros gases como el dióxido de azufre.

Los satélites que monitorean los cambios en la vegetación cerca de los volcanes podrían ayudar a emitir alertas tempranas de erupciones. Foto: NASA
Un sistema de alerta temprana de volcanes
Los sistemas actuales para detectar una erupción volcánica se basan en indicadores como la actividad sísmica, deformaciones del terreno y emisiones de azufre. Sin embargo, el dióxido de carbono, que suele aparecer antes que el azufre, es más difícil de rastrear debido a su abundancia natural en la atmósfera.

Las nubes de CO2 que emanan de los volcanes a punto de entrar en erupción mejoran la salud de los árboles y plantas. Foto: Pixabay
Florian Schwandner, jefe de la División de Ciencias de la Tierra del Centro de Investigación Ames de la NASA, subraya la importancia de mejorar estos sistemas: “La meta es hacerlos más precisos y anticipados”, señaló en un comunicado. Esto permitiría implementar un sistema de alerta temprana volcánica más eficaz, que reduzca los riesgos para las poblaciones cercanas.
La nueva metodología no busca reemplazar los mecanismos actuales, sino complementarlos. El equipo de investigación trabaja en sincronizar la observación satelital con los datos recogidos en tierra, asegurando que las variaciones detectadas en la vegetación no se deban a factores como incendios forestales, plagas o climas extremos.
El color de los árboles para monitorear el CO₂
El principio detrás de esta técnica se basa en cómo reacciona la vegetación al dióxido de carbono volcánico. Cuando un volcán libera este gas de manera subterránea, el CO₂ enriquece el suelo y beneficia la salud de los árboles cercanos, lo que intensifica el color verde de sus hojas.
Robert Bogue, doctorando en vulcanología en la Universidad McGill, explicó: “Queremos identificar algo que se pueda medir en lugar del CO₂ directamente”. Este enfoque convierte a los árboles en sensores naturales de cambios volcánicos, permitiendo a los científicos evaluar el riesgo sin necesidad de acceder físicamente a terrenos inestables o peligrosos.
El verdor de los árboles desde el espacio
La investigación publicada en 2024 en la revista Remote Sensing of Environment analizó imágenes captadas por los satélites Landsat 8 y otros sensores terrestres. Durante el estudio, se documentaron 16 aumentos en el verdor de la vegetación alrededor del Monte Etna, los cuales coincidieron con movimientos de magma hacia la superficie.
La NASA monitorea volcanes ahora comparando estos datos con observaciones aéreas, en el marco del experimento AVUELO (Airborne Validation Unified Experiment: Land to Ocean). Esta campaña busca afinar la calibración de los instrumentos satelitales con base en mediciones reales en campo.
Aunque esta técnica no puede aplicarse a todos los volcanes —algunos carecen de suficiente vegetación—, sí representa un avance significativo en la detección de magma desde el espacio, particularmente en regiones boscosas o tropicales.
















