Detectores de metales descubren dos objetos de oro del siglo VII: una cabeza de cuervo y un anillo anglosajón
La importancia de los cuervos en la cultura anglosajona destaca en este descubrimiento. La investigación del sitio podría revelar nuevos datos sobre asentamientos de alto estatus en la Inglaterra del siglo VII.
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Dos detectores de metales aficionados realizaron un hallazgo excepcional en una zona rural de Inglaterra: una cabeza de cuervo de oro y un anillo anglosajón, ambos datados en el siglo VII. Los objetos, encontrados separados por unos 30 metros, fueron sometidos a un análisis especializado que confirmó su antigüedad y valor histórico. Expertos señalan que la cabeza de cuervo, posiblemente sea un adorno ceremonial de la cultura anglosajona, mientras que el anillo representa la sofisticación en el trabajo en metales preciosos de la época.
Según el Portable Antiquities Scheme del Reino Unido, ambos objetos podrían haber pertenecido a miembros de la élite local y sugieren la existencia de un asentamiento de alto estatus en las cercanías. Actualmente, las piezas están siendo evaluadas para su posible adquisición por museos locales, con el objetivo de preservar este importante fragmento de la historia británica.
Detectores de metales descubren dos objetos de oro del siglo VII
En una jornada de búsqueda que parecía rutinaria, Paul Gould, miembro del Grupo de Detección de Metales de la Novena Región, halló una banda de oro decorada con granates triangulares y pequeñas cuentas de oro. Inicialmente, pensó que se trataba de un anillo anglosajón, dada su intrincada manufactura. Sin embargo, el verdadero golpe de suerte ocurrió cuando su compañero, Chris Phillips, encontró a pocos metros una pieza aún más sorprendente: una cabeza de cuervo ricamente adornada, también de origen anglosajón.
La cabeza de cuervo, datada en el siglo VII, presenta un ojo elaborado con granate y delicadas esferas de oro que enmarcan plumas también incrustadas con granates. Según Phillips, quien compartió su hallazgo en su canal de YouTube, la pieza pesa aproximadamente 57 gramos. Especialistas consideran que estos artefactos reflejan el alto nivel artístico de la época y también podrían estar ligados a rituales.
La importancia de los cuervos en la sociedad anglosajona
En la sociedad anglosajona, los cuervos tenían un profundo significado simbólico relacionado con la guerra, la muerte y la sabiduría. Estas aves eran consideradas mensajeras de lo divino y guardianes de los campos de batalla. El reciente hallazgo de una cabeza de cuervo de oro y granate sugiere que este símbolo seguía teniendo un peso espiritual y ceremonial entre las élites anglosajonas del siglo VII.
Históricamente, los cuervos eran vistos como heraldos de muerte y oscuridad en los primeros relatos mitológicos europeos, y entre los pueblos germánicos y vikingos su presencia se asociaba a Odín, el dios de la guerra y la muerte, quien era acompañado por dos cuervos, Huginn y Muninn. Sin embargo, aún no está claro cuál era el significado específico de la cabeza de cuervo encontrada en Inglaterra.
Detalles encontrados tras la limpieza de los objetos
Durante la limpieza del hallazgo, se encontraron detalles de la cabeza de cuervo, como las fosas nasales talladas en su pico y la ausencia de uno de los ojos de granate. Al retirar la suciedad del interior, Chris Phillips notó la presencia de pequeños alfileres, lo que propone que la pieza pudo haber estado fijada a un objeto ceremonial, posiblemente un cuerno para beber. En paralelo, el anillo descubierto por Paul Gould también fue restaurado, aunque los expertos aún no determinan si originalmente fue una joya personal o parte de un adorno mayor.
El hallazgo de dos objetos de oro de tal riqueza artística despertó un gran interés arqueológico en la zona. Según Phillips, el terreno del descubrimiento está ahora bajo una investigación formal para determinar si corresponde a un sitio de importancia histórica. De confirmarse, podría ofrecer nuevas pistas sobre asentamientos anglosajones de alto estatus y prácticas rituales de la Inglaterra del siglo VII.