120 años de esfuerzos dieron sus frutos: esta especie en conservación ahora son una sola supermanada
El éxito en la conservación de esta especie, que ahora suma de 4.000 a 6.000 individuos, establece nuevas estrategias para su gestión y perpetuación en el hábitat silvestre.
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Durante más de un siglo, los bisontes de Yellowstone han sido el centro de uno de los proyectos de conservación más ambiciosos de la historia. A principios del siglo XX, la población de bisontes salvajes en la región cayó a apenas 23 ejemplares debido a la caza desmedida. Hoy, tras 120 años de protección y estrategias científicas, los expertos revelan que los animales ya no viven en manadas separadas, sino que se comportan como una sola supermanada interconectada.
El hallazgo surge de un estudio genético de bisontes desarrollado por el Texas A&M College of Veterinary Medicine, cuyos resultados fueron publicados en el Journal of Heredity. Los científicos analizaron muestras de las principales áreas de apareamiento y zonas de invernada, confirmando que actualmente existe una sola población interreproductiva. “Esto transforma completamente la manera de entender la gestión de fauna silvestre en Yellowstone”, afirmó James Derr, profesor de patobiología veterinaria y uno de los autores del estudio.
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El cambio en el comportamiento reproductivo de los bisontes
Hasta hace dos décadas, se creía que las manadas de bisontes dentro del Parque Nacional Yellowstone mantenían patrones reproductivos distintos, lo que sugería una división genética entre grupos. Sin embargo, el nuevo análisis demuestra que las barreras entre las antiguas subpoblaciones han desaparecido, permitiendo una cruza genética de bisontes mucho más amplia. Este fenómeno mejora la salud genética de los bisontes y fortalece la biodiversidad en Yellowstone.

El éxito reproductivo en los bisontes guiará los futuros esfuerzos de conservación. Foto: Difusión
El equipo de Texas A&M evaluó muestras de dos zonas de cría veraniega y dos rangos invernales, y no encontró diferencias significativas entre ellas. Esta integración reproductiva sugiere que los bisontes forman una sola unidad biológica, un avance trascendental para su manejo como mamífero nacional de EE.UU. y para asegurar su permanencia en hábitats silvestres.
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Una historia de éxito en la conservación de bisontes
La recuperación de la población de bisontes salvajes representa un caso ejemplar de éxito en conservación animal. Luego del cuello de botella poblacional del siglo XIX, Yellowstone recibió ejemplares de Montana y Texas en 1902, con el objetivo de revitalizar la especie. Hoy, la supermanada alcanza entre 4.000 y 6.000 individuos, considerados genéticamente saludables.
Este logro no solo beneficia a los bisontes, sino que también fortalece los ecosistemas del parque. La integración genética permite planificar estrategias de conservación de bisontes basadas en datos reales, promoviendo una gestión sostenible que garantice su supervivencia por generaciones.














