Científicos dudaban si un animal del mar podía sentir dolor y comprueban que sí: los suelen cortar vivos
Por primera vez, un equipo de científicos de la Universidad de Gotemburgo demostraron que un animal de apariencia dura que vive en el mar recibe estímulos de dolor en el cerebro.
Para la alimentación de la población mundial, millones de animales son criados y sacrificados diariamente. Las especies más comunes utilizadas son los pollos, las vacas, los cerdos. También están los peces y mariscos. Para minimizar el sufrimiento animal, la Unión Europea ha diseñado una serie de leyes. Sin embargo, no son aplicadas en todos los casos. Recientemente, científicos de la Universidad de Gotemburgo investigaron si una especie del mar que no está protegida por dicha ley podía sentir dolor. Luego de varios análisis con tecnología avanzada, descubrieron que sí.
Los científicos indicaron, en un comunicado de la casa de estudios, que se tienen que encontrar formas menos dolorosas de matar a estos animales porque las pruebas evidencian que experimentan dolor y reaccionan ante él, a diferencia de lo que se creía anteriormente. Por su apariencia dura y su comportamiento, se pensaba que podían carecer de estructuras cerebrales necesarias para procesar el dolor de manera consciente. Entonces, entre las prácticas populares para su consumo está incluso el cortarlos vivos. Ahora, se sabe que merecen la misma protección que cualquier otro animal y que las especies parecidas también.
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El animal que procesa dolor y pensaron que no
Por fuera, se ven duros, pero por dentro pueden ser más sensibles de lo que parece. El animal cuya sensibilidad fue comprobada recientemente es el cangrejo costero, de nombre científico Carcinus maenas. El estudio fue publicado en la revista Biology.
“Pudimos ver que el cangrejo tiene algún tipo de receptores de dolor en sus tejidos blandos, porque registramos un aumento en la actividad cerebral cuando aplicamos una sustancia química potencialmente dolorosa, una forma de vinagre, a los tejidos blandos del cangrejo", dijo Eleftherios Kasiouras, autor principal, en el anuncio. Asimismo, afirma que identificaron reacciones tras aplicar presión externa en varias partes del cuerpo.
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¿Cómo se realizó el experimento?
Para el estudio, se examinó la actividad del sistema nervioso central en los cerebros de los cangrejos cuando sus tejidos blandos, incluyendo pinzas, antenas y patas, fueron expuestos a distintos tipos de estrés. Los resultados sugieren que estos crustáceos de orilla poseen una forma de señalización de dolor que se transmite al cerebro desde estas áreas corporales.
Los investigadores observaron que la respuesta al dolor fue más intensa y de corta duración en situaciones de estrés físico, mientras que el dolor inducido por estrés químico presentó una menor intensidad pero se prolongó durante más tiempo.
Mediante mediciones EEG, los científicos observaron que el sistema nervioso central registra señales específicas de dolor en cangrejos. Foto: Kasiouras et al.
A partir de los hallazgos, los científicos estiman que otros crustáceos y moluscos también deben tener un sistema de reacción al dolor parecida. "No creo que sea necesario realizar pruebas en todas las especies de crustáceos, ya que tienen una estructura similar y, por lo tanto, sistemas nerviosos similares. Podemos suponer que los camarones, los cangrejos de río y las langostas también pueden enviar señales externas sobre estímulos dolorosos a su cerebro, que procesará esta información”, dijo Kasiouras.