El extraño metal que se derrite con las manos, pero se usa en dispositivos electrónicos y tecnología espacial
Se trata de un metal que se derrite con el calor humano. Su fascinante versatilidad lo convierte en un componente esencial para una amplia gama de dispositivos tecnológicos, desde microondas hasta naves espaciales
Un metal sólido, normalmente, se derrite cuando es expuesto a cierta fuente de calor, como por ejemplo un horno. Sin embargo, existe un metal compacto que se vuelve líquido con tan solo el contacto de las manos: el galio.
El punto de fusión del galio es alrededor de 29,76 grados centígrados, según la Sociedad Real de Química, una característica por la que destaca entre los demás metales. Eso significa que se derrite ante el calor del cuerpo humano o en agua caliente. No obstante, esa no es la única característica llamativa de este elemento.
El galio es uno de los metales sólidos con el punto de fusión más bajo. Foto: Pinterest
¿Para qué se usa el galio?
El galio en la tecnología moderna
El galio posee propiedades dioeléctricas. Aquello lo convierte en un material importante para la fabricación de dispositivos electrónicos, de acuerdo con el físico Peter Wurfel en su investigación física de células solares. ¿Cómo funciona esta cualidad?
Por ser un material deieléctrico, el galio no conduce electricidad fácilmente, entonces sus moléculas pueden alinearse en respuesta a un campo eléctrico y es capaz de servir de almacén para carga eléctrica.
Gracias a ello, el galio es utilizado en diversos circuitos integrados de alta frecuencia, como los que están presentes en las comunicaciones inalámbricas, equipos médicos de resonancia magnética, sistemas de comunicación por satélite e, incluso, en algo tan cercano como los hornos microondas.
Por otro lado, el galio también es utilizado en fotodetectores que convierten luz en señales eléctricas. Por ejemplo, es utilizado en pantallas de visualización, iluminación y señalización, según la Asociación de Semiconductores (SIA).
El galio en aplicaciones espaciales
Por su eficiencia en la conversión de energía y su resistencia a la radiación, el galio también es utilizado en aplicaciones espaciales, principalmente en la fabricación de células solares de alta eficiencia para paneles solares utilizados en satélites y otras naves espaciales, según la Agencia Espacial Europea (ESO).
Las células solares de galios son consideradas más eficientes que otras células solares, como las de silicio, gracias a su capacidad para funcionar en un amplio rango de temperaturas, además de sus otras propiedades.
Por ello, son utilizadas por agencias espaciales como la NASA y otras organizaciones en la construcción de satélites, sondas espaciales y otras misiones espaciales, en las que se requiere una fuente de energía confiable y eficiente.
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¿Cómo se obtiene el galio?
El galio se consigue, principalmente, como subproducto durante la producción de otros metales como el zinc y el aluminio. Este proceso comienza con la extracción de minerales como la esfalerita y la bauxita, que contienen este metal en pequeñas cantidades.
Una vez que el galio es separado de los otros materiales, se somete a un proceso de refinado que implica métodos químicos. Aquello permite su extracción en alta pureza, de acuerdo con un artículo de la Comisión Europea. Sin embargo, cabe destacar que la obtención de este metal puede ser limitada, lo que afecta su disponibilidad y precio en el mercado.