Gran Orquesta de Domínguez sufre grave accidente
Ciencia

¿Cuál es el tiempo máximo que un alimento puede estar en el suelo sin contaminarse?

La respuesta no es cinco segundos, por más popular que sea aquel dicho.

Las bacterias se adhieren rápidamente a los alimentos que caen al suelo. Foto: Adobe Stock
Las bacterias se adhieren rápidamente a los alimentos que caen al suelo. Foto: Adobe Stock

Quién no ha escuchado sobre “la regla de los cinco segundos” cuando algún alimento se cae al suelo. La idea tras este precepto popular es que es posible comer aquel aperitivo que tocó el piso si no ha pasado cierta cantidad mínima de tiempo. ¿Realmente existe un periodo estimado para que no se haya contaminado la comida?

La ciencia no arroja esperanzas que avalen algún tiempo considerable para consumir sin riesgo algo que cayó al suelo. Se estima que una bacteria se desplaza a una velocidad de 0.0008 km/h, según ABC, portal especializado en ciencia. Teniendo en cuenta que hay miles de microorganismos en las superficies que pisamos, quiere decir que cualquier alimento que caiga ya está contaminado.

Sin embargo, a lo largo del tiempo, diversos estudios científicos han buscado corroborar la veracidad de la regla de los cinco segundos.

Así, en 2003, la investigadora Jillian Clarke, de la Universidad de Illinois, fue la primera en realizar un experimento al respecto. Primero, roció la superficie de unas baldosas con bacterias Escherichia coli y, luego, colocó gelatinas y galletas sobre ellas. El resultado fue que las bacterias se transfirieron a los alimentos en los cinco segundos esperados.

Posteriormente, en 2007, la Universidad de Clemson publicó un estudio con resultados de otro experimento parecido. El hallazgo fue que la contaminación de los alimentos no dependía tanto del tiempo de contacto con el suelo —la adhesión de microbios suele ser inmediata—, sino la cantidad de bacterias en esa superficie.

Pablo Dawson, coautor de aquel estudio, explicó en un artículo relacionado que el tipo de superficie también marcaba una diferencia: la transmisión de bacterias era menor en alfombras que en baldosas. Asimismo, alertó del peligro que representan estos microorganismos para la salud y su facilidad de traslado.

“Las manos, los alimentos y los utensilios pueden transportar células bacterianas individuales, colonias de células o células que viven en comunidades contenidas dentro de una película protectora (capas microscópicas que almacenan bacterias)”, señala el informe.

Entonces, según la ciencia, es mejor no creer aquel mito popular y no ingerir lo que cae al suelo. Quizás, se puede recordar el dicho antiguo de "ya lo chupó el diablo".