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Ciencia

¿Y si estamos solos en el universo porque los extraterrestres se autodestruyeron?

Esta nueva teoría, propuesta por científicos de la NASA, explicaría por qué ninguna civilización inteligente se encuentra entre sí.

La paradoja de Fermi plantea la interrogante por qué no hemos encontrado vida extraterrestre inteligente si hay tantas infinidades de mundos en el unvierso. Foto: December Media / The Atlanta Journal Constitution
La paradoja de Fermi plantea la interrogante por qué no hemos encontrado vida extraterrestre inteligente si hay tantas infinidades de mundos en el unvierso. Foto: December Media / The Atlanta Journal Constitution

Si hay una infinidad de galaxias y planetas en el universo, ¿por qué hasta ahora, pese a todos nuestros esfuerzos y avances tecnológicos, no hemos encontrado ni un rastro de vida inteligente fuera de la Tierra? A esa aparente contradicción entre la falta de evidencia de vida extraterrestre y un universo que debería estar repleto de esta se la conoce como la paradoja de Fermi.

Dicho contrasentido fue postulado en 1950 por el físico italiano Enrico Fermi, ganador del premio Nobel de Física de 1938, a partir de una sencilla y profunda pregunta a sus compañeros: “¿Dónde están todos?”. Más de siete décadas después, seguimos escuchando un silencio cósmico, pero que todavía despierta entusiasmo en la ciencia.

Ahora, un grupo de astrónomos ha recogido la paradoja de Fermi y ha ofrecido una hipótesis un tanto desgarradora: no hallamos ninguna civilización inteligente extraterrestre, puesto que todas ellas tienden a autodestruirse.

La hipótesis ha sido descrita en el artículo “Evitando el ‘gran filtro’: vida extraterrestre y futuro de la humanidad en el universo”, publicado el último 23 de octubre como un estudio preliminar en la plataforma Arxiv.

La teoría del ‘gran filtro’

La explicación propuesta por el grupo de científicos, liderado por Jonathan H. Jiang y Kristen A. Fahy, astrofísicos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (varón y mujer, respectivamente), se enmarca en una famosa teoría conocida como el ‘gran filtro’, la cual postula que toda forma de vida en el universo se enfrenta a alguna barrera para su propia supervivencia.

Dicho obstáculo puede ser un factor externo, como la caída de un meteorito en el planeta habitable, o uno interno, como el desarrollo tecnológico que pueda derivar en la destrucción de una sociedad desde sus entrañas.

“Postulamos que una catástrofe existencial puede estar al acecho a medida que nuestra sociedad avanza exponencialmente hacia la exploración espacial, actuando como el ‘gran filtro’: un fenómeno que aniquila a las civilizaciones antes de que puedan encontrarse entre sí, lo que puede explicar el silencio cósmico”, señala la investigación.

La pregunta acerca de si la especie humana ya pasó ese filtro definitivo continúa sin respuestas. Si este se ubica detrás de nosotros, es un buen augurio para la humanidad como especie y entonces podríamos no tener competencia para conquista el universo. No obstante, si el ‘gran filtro’ aún está por delante, podemos estar condenados.

En el caso de la humanidad en la Tierra, afirman los autores, existen varios indicios que pueden estar dando forma a nuestra extinción, los cuales impedirían cualquier futuro contacto interplanetario. Estos son el cambio climático, la sobrepoblación, la guerra nuclear, la inteligencia artificial y las pandemias.

Evitando nuestra propia extinción

En el estudio, los científicos hacen un ejercicio de autorreflexión sobre la humanidad y advierten que el filtro “tiene el potencial de erradicar la vida tal y como la conocemos, especialmente porque nuestro ritmo de progreso está directamente correlacionado con la gravedad de nuestra caída”, en lo que denominan la “solución más inquietante de la paradoja de Fermi”.

“Esto indica un período necesario de introspección, seguido de los refinamientos apropiados para enfocar adecuadamente nuestro predicamento, y abordar los desafíos y métodos en los que podemos ser capaces de mitigar el riesgo para la humanidad y los casi 9 millones de otras especies en la Tierra”.

Bachiller en Comunicación Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Periodista de la sección Ciencia desde octubre de 2021. Seguidor de Naoki Urasawa. También dibujo y toco la guitarra.