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Ciencia

Coronafobia, la nueva enfermedad derivada de la COVID-19 que afecta a las personas

La pandemia de la COVID-19 ha erosionado la salud mental de una gran parte de la sociedad. Especialistas abordan el tema de la coronafobia: qué es, a quiénes afecta, cuáles son los principales síntomas y qué hacer en estos casos.

La coronafobia es una condición relativamente nueva dado que está específicamente asociada a la COVID-19. Foto: Biviana Jiménez
La coronafobia es una condición relativamente nueva dado que está específicamente asociada a la COVID-19. Foto: Biviana Jiménez

La aparición de la pandemia de la COVID-19, hace casi dos años, marcó un antes y un después en la historia de la humanidad. Las personas se vieron forzadas a cambiar su estilo de vida, algunas más que otras, con el fin de evitar contagios. Sin embargo, el temor de contraer el virus SARS-CoV-2 ha generado, también, un gran impacto en la salud mental. Uno de los diagnósticos más frecuentes, en medio de este contexto, es el desarrollo de la coronafobia.

Aunque la coronafobia todavía no está incluida en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, especialistas en salud mental han coincidido en su definición.

La coronafobia es un trastorno de ansiedad nuevo que aparece a raíz de la pandemia, que empezó a finales de 2019, pero se acentuó más en el 2020. Es un miedo excesivo a contraer la COVID-19″, explica la psicoterapeuta Gestalt Gabriela Gaona Pastor.

Las personas con este miedo extremo tienden a experimentar un conjunto de síntomas tanto fisiológicos como psicológicos desagradables desencadenados por pensamientos o información relacionada con la enfermedad en mención.

Dentro de los síntomas, los especialistas destacan la fatiga, cansancio, los dolores de cabeza y articulaciones, problemas del sueño, aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular y, en ocasiones, dolor en el pecho y dificultad para respirar. En algunos casos, la ansiedad puede desencadenar crisis y ataques de pánico.

Esta fobia es realmente incapacitante en la medida en que está fuertemente relacionada con el deterioro funcional y la angustia psicológica y, por tanto, tiene importantes implicaciones para el bienestar mental.

Evitación y control excesivo

El fuerte temor por no contraer el virus provoca evitaciones desmedidas y un control excesivo. Estas actitudes, también, pueden incluirse como síntomas.

“Se evita visitar familiares, ir a un supermercado, ver amistades, pero si es una constante que llega a afectar el área familiar, social, laboral o personal, ya no es algo saludable”, detalla Gaona Pastor.

“Está bien tener el autocuidado, cuidado por los demás, pero sin que afecte nuestra funcionalidad. Ahí pueden aparecer ataques de pánico o ansiedad extrema, donde uno tiene episodios, se bloquea, se asusta, palpitaciones, no puede respirar. Una de las características (que pueden conducir a la coronafobia) son las evitaciones excesivas”.

“Luego está el control excesivo, las personas quieren tener más control de sus vidas, teniendo estas precauciones y cuidados, pero cuando más control quieren tener, más posibilidades de perder ese control”, agrega.

Especialista brinda consejos para no confundir síntomas de la ansiedad con los de la COVID-19

Psicoterapeuta Jorge Luis Shimabukuro manifestó que muchas personas están confundiendo la sintomatología de un cuadro de ansiedad con la del COVID-19. Foto: difusión

Excesos como en el lavado de las manos, uso desmesurado de gel, hisoparse a cada rato o acciones preventivas de manera desregulada podrían desencadenar en un Trastorno Obsesivo Compulsivo, indica la psicoterapeuta Gestalt.

“No dejaba que mi madre se me acercase, no le dejaba darme un abrazo (…) En el mes de diciembre me hice 16 o 17 test de antígenos”, señala León Herrero, un paciente español que cuenta las obsesiones que llego a desarrollar por la coronafobia a RTVE.

Casos de coronafobia

Durante los dos años de pandemia, psicólogos y psiquiatras se han topado con consultas relacionadas con lo que se conoce actualmente como coronafobia.

“A partir de mediados de 2020 he tenido muchos pacientes con temas de ansiedad (relacionados con temores vinculados al coronavirus). En ese momento, no se le denominaba coronafobia, no existía ese nombre. En mis consultas, estos pacientes tenían miedo a enfermar o a que alguien se enferme. Porque enfermarse se asocia mucho a la muerte y hay muchas personas que han fallecido a causa de la COVID-19, y he tenido pacientes con ese temor”, narra Gabriela Gaona.

La psicóloga española Julia Pascual, de acuerdo con su experiencia en consulta, identifica tres tipos de coronafobia que pueden darse en una misma persona: los que tienen miedo a la muerte por coronavirus y por ello temen contagiarse, quienes sufren terror de contagiar a otros y aquellos que sienten auténtico pánico ante la idea de “no poder respirar”, consigna RTVE.

Gabriela Gaona agrega que la aparición de vacunas ha ayudado a que los casos mermen en su consultorio. “Con la aparición de las vacunas o pacientes vacunados han generado calma. Ayudó a que la ansiedad disminuyera”.

De otro lado, un estudio de agosto de 2020 de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Privada del Norte de Lima —a cargo del especialista Tomás Caycho y que fue publicado en la Revista Española de Geriatría y Gerontología— indica que el 13,5% de adultos mayores evaluados en Perú presentaban coronafobia.

¿A quiénes puede afectar la coronafobia?

Puede afectar a cualquier persona; sin embargo, hay una mayor vulnerabilidad en aquellos que han tenido indicios de temas de ansiedad.

“Si ha tenido ataques de pánico, algún tipo de trastorno de ansiedad u otro tipo de fobias. Más que todo si han tenido predisposición a ansiedad en alguna etapa de su vida. Puede ser en adultos, jóvenes, no hay como una edad especifica”, explica Gaona.

Ayuda profesional ante la coronafobia

“Lo primero es no avergonzarse del problema. Es un trastorno que está afectando a muchas personas y es importante visibilizarlo y atenderlo como se merece”, enfatiza la psicóloga española Consuelo Tomás a la plataforma informativa digital Levante.

Si bien, para estos casos, es relevante el apoyo familiar y/o un grupo amical de soporte, lo principal es acudir a un especialista de la salud mental.

“Se debe trabajar de la mano de un profesional. Se debe acudir a terapia, como cualquier tipo de ansiedad, para trabajarlo. Ahí se podrán trabajar los pensamientos que muchas veces son irracionales. Con el apoyo de un especialista se puede salir de ese lado extremo. No es ignorar la emoción, pero ayudar a que esté en una manera regulada”, concluye Gaona.

  • Sobre Gabriela Gaona Pastor: Licenciada en Psicología Clínica en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y psicoterapeuta formada en la Terapia Gestalt. Labora tanto en el ámbito clínico como educativo brindando terapia, consejería y talleres.