Subastan manuscrito de Einstein que contiene “la génesis” de su teoría de la relatividad general
El comprador pagó más de 12 millones de dólares por las 54 páginas de este documento “extremadamente raro” de Albert Einstein. ¿Qué secretos contiene?
Este martes 23 de noviembre fue subastado en París un manuscrito de Albert Einstein que contiene los cimientos de la relatividad general, la teoría que revolucionó nuestro conocimiento de la gravedad, el espacio y el tiempo, y está haciendo posible los viajes fuera de la Tierra. El comprador pagó 11 millones de euros (12,3 millones de dólares).
El documento, que consta de 54 páginas, fue redactado entre 1913 y 1914 en Zúrich (Suiza) por el famoso físico alemán y su colaborador de toda la vida, Michele Besso.
Es gracias a este ingeniero suizo, señaló la casa de remates Christie’s, que “el manuscrito ha llegado, casi milagrosamente, hasta nosotros: Einstein probablemente no se habría preocupado de conservar lo que podía parecerle como un documento de trabajo”.
Christie’s indicó que este documento “extremadamente raro” estaba valorizado inicialmente en un rango de dos a tres millones de euros (2,2 millones y 3,3 millones de dólares), por lo que ya se trataba, “sin duda alguna, del manuscrito de Einstein más preciado jamás puesto a subasta”, añade en un comunicado.
¿Qué contiene este manuscrito de Einstein?
Tras su teoría de la relatividad especial, que le llevó a demostrar en 1905 la fórmula E=mc², Einstein empezó a trabajar, en 1912, en una teoría de la gravedad: la relatividad general.
En esa época dominaba la ley de gravitación universal de Isaac Newton, que se aplicaba muy bien en la Tierra pero no lograba explicar ciertos fenómenos en el espacio exterior. El más notorio era la órbita tambaleante del planeta Mercurio alrededor del Sol.
A principios de 2013, Einstein y Besso comenzaron la tarea de descifrar ese misterio mediante una concepción diferente de la gravedad: ya no como una fuerza, sino como una deformación del espacio-tiempo generada por la masa.
Deformación del espacio tiempo generada por el Sol y la Tierra. Foto: diseño/ T. Pyle/Caltech/MIT/LIGO Lab.
En el manuscrito, “hicieron los cálculos, pero se basaron en un valor erróneo de la masa del Sol”, detalla el astrofísico Etienne Kelin.
Prueba de estas equivocaciones son extractos enteros de cálculos tachados o páginas con amplias correcciones de fórmulas.
Si bien lograron grandes avances, al detectar que el trabajo no conseguía explicar con exactitud la anomalía en la órbita de Mercurio, Einstein abandonó el manuscrito, el cual quedó en manos de Michele Besso.
Manuscrito de Einstein. Foto: Christie's Images Limited 2021
“Como uno de los dos únicos manuscritos de trabajo que se conservan y que documentan la génesis de la teoría de la relatividad general, es un registro extraordinario del trabajo de Einstein y proporciona una fascinante visión de la mente del mayor científico del siglo XX”, agrega.
El otro documento conocido de ese periodo crucial en la investigación del físico, llamado “cuaderno de Zúrich” (finales de 1912, principios de 1913), se encuentra en los archivos Einstein de la Universidad Hebraica de Jerusalén.
Meses después de dejar el manuscrito que hizo con Besso, Einstein realizó los cálculos correctos y comenzó a formular las bases de la teoría de la relatividad general, que presentó finalmente en noviembre de 1915.
Desde entonces, las diversas observaciones y experimentos no han hecho más que darle la razón a Einstein sobre cómo funciona la gravedad en el universo.
Gracias a su teoría, hoy disponemos de una flota de satélites que determinan de forma precisa nuestra ubicación (GPS) y somos capaces de enviar misiones de exploración a otros planetas del sistema solar sin el riesgo de que sus trayectorias se desvíen o que terminen perdidos en el vacío del espacio.
Pronto volverán los viajes tripulados a la Luna y comenzarán las expediciones humanas a Marte y otros planetas. En esos momentos, nuevamente recordaremos a Einstein.