Ciencia

La Luna se está alejando de la Tierra: ¿a qué se debe y qué consecuencias tendrá?

Cuando la Luna se formó, estaba 18 veces más cerca de la Tierra que ahora. ¿Qué está pasando?

Cada año, la Luna se aleja del planeta azul a un ritmo de 3,8 cm. Foto: ESA
Cada año, la Luna se aleja del planeta azul a un ritmo de 3,8 cm. Foto: ESA

Cada año la Luna se aleja a un ritmo imperceptible para el ser humano, pero significativo a una escala de tiempo mayor. En el momento de su formación, hace 4.500 millones de años atrás, nuestro satélite orbitaba más cerca de la Tierra, a solo 22.500 km de distancia. Ahora, su distancia es 18 veces mayor: 402.336 km.

Cuando los astronautas del Apolo pisaron el satélite en 1969 dejaron en ella una matriz de espejos de unos 60 cm de ancho. Los científicos, apuntando con pulso láser hacia ella, pudieron medir con precisión la distancia entre la Luna y la Tierra.

Entonces, descubrieron un hecho destacable: la Luna se aleja de la Tierra a un ritmo de 3.8 cm. por cada año.

La explicación de este fenómeno está en el intercambio gravitatorio mutuo entre la Tierra y su satélite. La fuerza gravitacional de la Luna incide en el planeta azul principalmente atrayendo los océanos hacia ella, lo que produce dos bultos de mareas: una en dirección del satélite (mareas altas) y otra en la opuesta (mareas bajas).

Sin embargo, como la Tierra gira a gran velocidad, se produce una fricción entre el océano y el fondo marino. Esta fricción transfiere energía al bulto de la marea, el cual continúa moviéndose con el planeta y genera una fuerza gravitacional que arrastra a la Luna.

Esta aceleración del movimiento de la Luna termina empujándola a una órbita más grande alrededor de la Tierra, alejándose poco a poco del planeta.

Por otra parte, el efecto en la Tierra de esa fricción es el desgaste de energía terrestre, el cual ocasiona que la velocidad de rotación desacelere. De esa manera, los días también se hacen más duraderos.

Aunque esté a miles de millones de años de ocurrir, la separación de nuestro único satélite natural ocasionaría que las mareas desaparezcan, produciendo cambios drásticos en las corrientes oceánicas que transportan agua caliente y fría. Asimismo, el eje terrestre (que permite existan las estaciones) se desestabilizaría, invirtiendo los polos y el ecuador.