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Ciencia

Deshielo de los polos está ocasionando cambios en la corteza terrestre a escala global

Un equipo internacional de geofísicos analizó el desprendimiento de hielo en la Antártida, los casquetes polares y Groenlandia. A raíz de esto, la superficie de la Tierra está presentando “un patrón complejo de movimiento”.

El deshielo de los casquetes polares se acelera y la ONU ha vuelto a lanzar alertas por esta situación. Foto: IMBIE
El deshielo de los casquetes polares se acelera y la ONU ha vuelto a lanzar alertas por esta situación. Foto: IMBIE

La tasa global de deshielo ha aumentado drásticamente desde el cambio de siglo, con la pérdida de la capa de hielo antártica en tierra (AIS), la de Groenlandia (GrIS) y la caída de los glaciares de montaña, sucesos que han aumentado en un 60% durante la década de 2010, explican los científicos del Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias en la Universidad de Harvard, a través de un estudio publicado en Geophysical Research Letters.

Sophie Coulson y su equipo de investigación ahora demuestran cómo el calentamiento global está acelerando otro cambio a tomar en cuenta. Cuando el agua producto del fenómeno se redistribuye en los océanos del planeta, la corteza terrestre se deforma y genera “un patrón complejo de movimiento” en la superficie de la Tierra, que en promedio es de 0,1 a 0,4 mm, “con una variabilidad significativa año a año en magnitud y dirección”.

El lecho de roca que se desplaza también afecta el proceso de deshielo en la Antártida, los casquetes polares y Groenlandia, por lo que se está perpetuando un ciclo de retroalimentación.

Un estudio disponible para su lectura desde el 2018 en la revista Science ya había destacado que cuando se eliminan fragmentos de glaciares y masas de hielo, la corteza terrestre “rebota”; y a medida que se registran más pérdidas, lo hace con mayor rapidez.

Icebergs desprendidos en el suroeste de Groenlandia que terminan en las aguas del fiordo de Mogens Heinesen. Crédito Benoit Lecavalier.

Icebergs desprendidos en el suroeste de Groenlandia que terminan en las aguas del fiordo de Mogens Heinesen. Crédito Benoit Lecavalier.

En el artículo actual se señala que para medir el movimiento de la corteza desde el 2003 hasta el 2018 se usaron datos satelitales y mediciones de campo. Asimismo, los firmantes del manuscrito científico afirmaron que se siguen apreciando cambios en la superficie de la Tierra a partir de la edad de hielo, unos 11.000 años atrás.

“Los procesos de la edad de hielo tardan mucho, mucho tiempo en desarrollarse y, por lo tanto, todavía podemos ver los resultados de ellos hoy”, expresó Coulson.

En escalas de tiempo recientes, agregó la también especialista del Laboratorio Nacional de Los Alamos en Nuevo México, pensamos en la Tierra como si fuese una estructura elástica, pero en escalas de tiempo de miles de años, nuestro planeta actúa más como un fluido de movimiento muy lento.

“Comprender todos los factores que causan el movimiento de la corteza es realmente importante para una amplia gama de problemas de las ciencias de la Tierra”, como el calentamiento global, apuntó la geofísica.