“Ratonas poderosas” regresan del espacio y sorprenden por su estado físico
Los animales que recibieron un compuesto especial conservaron su gran masa muscular, al contrario de lo que sucede con los astronautas.
Un grupo de ratonas que recibió un tratamiento para incrementar su musculatura mantuvo su estado físico durante una estadía de un mes en la Estación Espacial Internacional, indica un estudio publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). Estos resultados ayudarían a encontrar una fórmula para evitar la pérdida ósea y muscular de los astronautas.
El equipo dirigido por el Dr. Se-Jin Lee (Universidad de Connecticut, EE. UU.) envió 40 ratonas negras jóvenes, en diciembre de 2019, a bordo de una nave SpaceX rumbo a la estación que orbita la Tierra. Un total de 24 ratonas eran comunes y todas ellas perdieron hasta un 18% de su musculatura debido a la ausencia de gravedad.
Un grupo de 8 había recibido en la Tierra un compuesto que bloquea dos proteínas que limitan la masa muscular: fueron lanzadas con el doble de masa muscular y conservaron su volumen hasta su regreso, para sorpresa de los científicos. Por tal motivo, las apodaron: “ratonas poderosas”. Los 8 ratones restantes recibieron el compuesto en la estación espacial, lo que les permitió volver a la Tierra con músculos significativamente más grandes.
Los 40 mamíferos regresaron saludables a la Tierra en una cápsula de SpaceX, que amerizó en el océano Pacífico frente a la costa de California en enero. A algunas de las ratonas comunes se les inyectó el compuesto del “ratón poderoso”. Después de regresar desarrollaron más músculo que sus compañeras no tratadas, dijo Lee a AP.
Los hallazgos de esta investigación también serían de utilidad en los viajes espaciales prolongados como las misiones a Marte, así como en las personas en la Tierra que están confinadas en cama o que tienen partes del cuerpo paralizadas.
Los autores indicaron que se necesita más tiempo de estudio antes de probar el medicamento en humanos para desarrollar músculos y huesos con la seguridad de que no causará efectos secundarios graves.
“Estamos a años de distancia. Pero así es todo cuando se pasa de los estudios con ratones a los estudios en humanos”, dijo Emily Germain-Lee, coautora del artículo.