Avistar el vuelo de un cóndor en el Valle del Colca puede ser un tarea complicada, y más si se desea estar a pocos metros de uno. Gracias al ingenio de un peruano, los turistas pueden fotografiarse y disfrutar del imponente ‘Cóndor humano’. Este personaje, caracterizado por el ciudadano César Zuka Gutierrez, se ha vuelto sensación en redes sociales.
Desde abril del 2018, este singular disfraz, que representa al guardián de los Andes, empezó a captar la atención de los visitantes. Sin embargo, no fue hasta llegada la pandemia que su popularidad en la plataforma de TikTok aumentó. Los videos en los que participaba empezaron a viralizarse y algunos hasta lo confundían con un ave real.
César Zuka Gutierrez, quien vive en Cabanaconde en compañía de su esposa, ha tenido que enfrentar duros momentos a lo largo de su vida. Pese a ello, el ‘Cóndor humano’ le dio una nueva oportunidad y le abrió muchas puertas. Aquí te contamos la historia del hombre detrás del disfraz que causa sensación en el Colca.
La idea de interpretar a este imponente animal se dio cuando dejó su trabajo en minas por sufrir un accidente. Enyesado y con los meniscos de la rodilla rotos, César Zuka se dirigió al mirador y presenció el vuelo de un cóndor. A partir de ese momento, se dio cuenta de la emoción que tenían los turistas por mirar esta imponente ave y pensó en un disfraz.
“Pregunté dónde lo hacían y fui a Arequipa a buscar a los hermanos Yanque. Me hicieron el traje a mi medida y retorné a Cabanaconde a trabajar. En abril del 2018, me sacan el yeso y comencé en mi nuevo empleo”, reveló en entrevista para el diario Correo.
Con convicción, invirtió dos mil soles por el traje y con el tiempo se confeccionó otros dos más. “Lo que dura es la cabeza, el cuerpo se malogra”, añadió. Tal ha sido su éxito que ha inspirado a que otros dos jóvenes se vistan de este animal para ganar dinero. Pese a la competencia, César no se desanima y hace reír a miles de turistas.
César Zuka Gutiérrez (37) vistiendo el traje del "cóndor humano". Foto: captura de Facebook
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Desde las 8.00 a. m., César merodea el Mirador Cruz del Cóndor a la espera de visitantes. Los 10 kg que carga en su disfraz no son impedimento para que muestre toda su energía. Interpretar a esta ave le ha abierto diferentes puertas y oportunidades laborales, como animar fiestas infantiles.
“Estoy de cóndor paradito y de pronto me muevo, las señoras, señoritas y niños se asustan porque piensan que es un cóndor de verdad. Gritan y luego me piden una foto, me gusta divertir a la gente, hacerlos reír”, aseguró César, quien hasta la fecha se suma a las ocurrencias de los visitantes, desde zapatear al ritmo del huayno, hasta bailar reguetón.