SAMUEL CÁRDICH. El escritor huanuqueño acaba de publicar el poemario Blanco de hospital y la novela juvenil Crónica del primer amor. Además de hablar de los temas de sus libros, detalla que el dolor es su cantera de creación., Encontrarlo en Lima casi fue una casualidad. El escritor Samuel Cárdich es huanuqueño y si bien publica siempre, casi nunca –y esto es injusto– se noticia de sus libros. Afincado en esa ciudad de ceja de selva, considera que la globalización si bien los ha conectado con el mundo, no ha resuelto del todo la marginalidad que sienten como escritores. “Tú sabes que el escritor de provincia todavía es segregado. Por ejemplo, en la capital no se le considera mucho, la circulación de sus libros es realmente escasa y sus obras, si es que se agotan, es casi siempre en el pueblo o ciudad que lo publica”, comenta. “Y no es –agrega– como muchos piensan que nos hemos anquilosados con temas regionalistas, no. La escritura se ha enriquecido, sobre todo los jóvenes que ahora escriben con notable contemporaneidad”. Samuel Cárdich es una suertede molino de viento que no cesa en su escritura. Acaba de publicar dos títulos que suma a los veinte libros editados. Se trata del poemario Blanco de hospital y la novela Crónica del primer amor, ambos publicados por Ed. Condorpasa. Con una mano eres poeta y con la otra narrador. Soy así desde el comienzo, aunque yo debí haber empezado con una novela larga sobre la historia Huánuco, pero por la dimensión del tema la dejé y empecé a publicar poesía y cuento. ¿Y cómo repartes tus temas en los géneros? Yo he tenido experiencias muy traumáticas, personales, familiares, de manera que esas son las motivaciones para que, en lo lírico, escriba una poesía bastante dolida, mientras que en narrativa casi nada tiene que ver con eso, soy un poco más dado al humor y con temas que no están relacionados con mi persona. ¿En poesía te consideras confesional? Mi poesía, efectivamente, es confesional. Es una poesía que se abre al lector en el sentido de la transmisión de ciertas situaciones bastantes dolorosas que me han ocurrido. En tu libro Blanco de hospital hay toda una patética del dolor. Es un libro breve, con seis poemas largos, sobre una experiencia muy dolorosa que me ocurrió hace muchos años con un problema de salud terrible que superé en tantísimos años. Quise expresar todo eso en seis poemas largos y salió este libro, sobre esa experiencia traumática y digo infeliz porque la operación no tuvo resultado bueno. Ese es el tema de este libro, por la temática que abordo y por la sinceridad que seguro está incluida en los versos, tiene cierta fortuna porque ha sido comentado por unos y otros. ¿El dolor pone en situaciones límites que solo es posible alcanzarlo con una emoción poética? Para mí, por ejemplo, una de las motivaciones de mi escritura es el dolor. Toda mi vida está signada por situaciones bastante tristes. Esa es la realidad. Pero en tu trabajo narrativo más bien miras el exterior. Allí las historias se me vienen de diversas maneras. Algunas me vienen por gente que conozco, otras llegan de por sí y las desarrollo. En mi narrativa hay poco de mí. Yo solo soy un oficiante de ellas. En Crónica del primer amor bordeas la inocencia. Sí, es una historia de un amor muy tierna, como era antes y no como son las historias de amor de hoy que a veces es un viaje rápido a la paternidad o maternidad. He tratado de reunir retazos de historias distintas de amigos en un espacio que es el colegio Leoncio de Prado de Huánuco y todas las historias se las he atribuido a un solo personaje. Tu escritura está orientada más a historias juveniles. Mira, escribo así hace más de veinte años... Has envejecido escribiendo para jóvenes... (Risas), sí pues, pero no creas, la literatura juvenil e infantil rejuvenece (risas). Escribiendo encuentro una satisfacción personal. Cuando redondeo un verso, o en narrativa un personaje me sale real, me siento realizado. En mi vida me ha pasado muy pocas cosas buenas, por lo general me ha pasado cosas muy malas, pero en literatura, aunque le pase cosas malas a mi personaje, curiosamente me llena de felicidad. Para mí, la literatura es una forma de la felicidad. Dato El autor. Nació en Huánuco en 1947. Ha publicado hasta la fecha veinte libros. Su poemario Blanco de hospital aparece en edición bilingüe, en castellano y portugués, traducido por el brasileño Alessandro Atanaes.