Hoy son millones los usuarios de teléfonos inteligentes en varios países del mundo, quienes hacen uso del equipo por prolongadas horas del día. No obstante, pocos conocen de qué manera puede influir la temperatura del dispositivo o del ambiente en la autonomía. ¿Qué pasa cuando hace mucho calor? Te lo revelamos.
Casi todos los smartphones incorporan baterías de litio que se han pensado para operar entre los 10 y 20 °C de temperatura. Por lo tanto, cuando se excede de dicho rango, el componente se exige más y gasta más recursos de lo normal. Por ejemplo, si se bordean los 40 grados, es probable que la autonomía se reduzca hasta en un 15%.
Queda claro que los climas cálidos no son un buen aliado de los celulares, ya que la densidad energética incrementará el consumo. Lo mismo pasa cuando utilizas tu equipo por varias horas con un brillo de pantalla al tope de su capacidad. Son prácticas en las cuales la energía se concentra y circula en mayores proporciones, por lo que es fácil que surja un sobrecalentamiento interno y externo.
Del mismo modo, otra de las situaciones que pueden condicionar la autonomía del smartphone, tiene que ver con los objetos que lo rodean. La mayoría acostumbra a tener los dispositivos en los pantalones, pero debido a la fricción que se genera al caminar, la temperatura puede elevarse significativamente por lapsos prolongados. En todo caso, lo mismo sucederá si lo tienes en la mano, por lo que es recomendable que lo dejes reposando sobre una superficie o lo guardes en tu abrigo.
Es necesario que adoptes prácticas que no comprometan la integridad de la batería, porque en caso de que se descomponga, no podrás usar tu celular por tantas horas y deberás recargarlo constantemente para que no se te apague.