Cuando te compras un nuevo teléfono o llevas poco tiempo con él, es común que todavía no hayas instalado aplicaciones. Sin embargo, antes de hacerlo y, si en algún momento optas por ver que el dispositivo realmente tenga los 256, 128 o 64 GB de almacenamiento interno que dice en la cajita, podrás darte cuenta de que la capacidad que puedes usar es menor a la anunciada. ¿Por qué ocurre? Aquí te lo explicamos.
La respuesta puede ser sencilla para una persona que conoce mucho sobre los smartphones, pero es común para un usuario promedio tener la sensación de que las marcas anuncian capacidades de almacenamiento que realmente sus móviles no incorporan.
Sin embargo, lo cierto es que las memorias internas de los teléfonos sí tienen la capacidad exacta que se anuncian en los catálogos, publicaciones de redes sociales o en sus empaques. El problema llega cuando esta se integra con el resto de componentes.
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El sistema reduce la memoria del móvil sin tener que hacer absolutamente nada; pues solo por tenerlo instalado y empezar a funcionar ya está ocupando espacio. Por eso, cuando acabas de comprar un nuevo móvil y compruebas tu memoria, puedes pensar que tiene menos de la que anuncian, cuando en realidad este espacio está siendo ocupado por el sistema operativo y apps instaladas de fábrica.
En este sentido, los fabricantes reservan espacio para los archivos del sistema, que suelen ocupar mucho más almacenamiento de lo que puedes imaginar. Entre 15 o 20 GB pueden ir destinados a este tipo de uso en el smartphone.
Otro de los recursos que reduce la capacidad de la memoria interna del teléfono son las actualizaciones. Esto sucede con cualquier tipo de aplicaciones e incluso con el mismo sistema operativo del smartphone, ya que las actualizaciones son muy necesarias para la seguridad del dispositivo y acceder a las novedades del servicio.
Si bien lo recomendable es no formatear nuestro smartphone de manera frecuente, existen situaciones en las que tenemos que hacerlo de manera obligatoria: