Lilian del Rosario Urbina Quintanilla (49) nunca imaginó que podría terminar su secundaria casi en el mismo año en que el menor de sus cuatro hijos también lo haría. A paso lento, y con un casi imperceptible cojeo, llega a su centro educativo, ubicado en Breña, para continuar con las clases que retomó luego de 32 años.
Su rostro, sin duda, destaca por sobre la juventud de sus compañeros aunque ello no genera que pierda de vista su principal objetivo, mientras revisa sus apuntes en una de las antiguas aulas que posee el colegio Pronoepsa Portugal.
Lilian es una de las 121 254 personas en el país que acuden a los Centros de Educación Básica Alternativa (CEBA), con el propósito de concluir los estudios alguna vez abandonados.
Con una evidente sonrisa y algo de cansancio, escucha atenta todo lo que enseña la profesora. Nada pudo evitar que vuelva a las aulas. Ni siquiera un terrible accidente que casi la deja postrada en una cama.
En el 2014 decidió regresar a las aulas que dejó en 1982; sin embargo, al poco tiempo sufrió una terrible caída. “Me rompí el tobillo, el peroné. Me hicieron dos operaciones. Pasé un mes internada y, luego de 8 meses de terapias pude regresar. Ahora ya estoy cerca de terminar mis estudios”, reflexiona.
Los 22 profesores que imparten clases en este centro educativo siempre intentan apoyarla, aunque no pierden de vista a los demás adolescentes, jóvenes y adultos que llegan, a veces tarde, a los pasillos de la institución.
Hay un total de 829 CEBA en el país y el Ministerio de Educación (Minedu) cuenta con 7564 docentes y directores para esta modalidad. Sin embargo, la población atendida es todavía un porcentaje corto frente a la que falta.
Según la Encuesta Nacional de Hogares 2015 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en todo el país hay cerca de 2 millones y medio de peruanos que no concluyeron la educación primaria y casi 5 millones con secundaria inconclusa.
“Hemos concretado varias metas al 2016. Aunque el índice de deserción todavía es alto. Sucede que cuando el alumno encuentra un trabajo con mejoras salariales entonces se va.Por eso debemos mejorar la oferta de estudio semipresencial y a distancia”, explica Carmen Zorozabal, asesora de la Dirección de Educación Básica Alternativa del Minedu.
La dura realidad es que, solo en los CEBA públicos, 2 de cada 10 estudiantes se retira, sea por motivos familiares, laborales o económicos. Un índice del 20%.
Pese a su delicada condición. Lilian es una de las que se mantiene. Hasta sus profesores la eligen de ejemplo para los demás, en especial aquellos más jóvenes que consiguen un trabajo y evalúan la posibilidad de no volver a estudiar.
“A pesar de que no estudié pude sacar a tres hijos profesionales y otro que ya termina secundaria. Sin embargo, siempre les digo a mis compañeros que estudien porque sino después se van a lamentar. Las oportunidades se reducen si no tienes un cartón”, explica.
Si bien el objetivo que plantea el Minedu para el próximo año es priorizar la atención a distancia y abrir más centros en zonas rurales, Zorozabal precisa que todo depende del presupuesto disponible que tenga el sector. Un reto para el gobierno de PPK.
César León Cabrera, director del CEBA Pronoepsa Portugal, hace un llamado de atención a las autoridades. “Necesitamos más apoyo. El presupuesto en este último año ha incrementado un poco pero no lo suficiente. Debe haber una sensibilización de las autoridades sobre esta modalidad que tiene escasos recursos”, explica.
Si bien la Educación Básica Regular es importante, no se debe dejar de lado la Alternativa pues la demanda es muy alta y, como en el caso de Lilian, son muchas las personas que quieren recorrer el arduo camino por retomar los estudios inconclusos.
La EBA atiende sectores específicos: Adolescentes (más de 14 años), jóvenes, adultos, adultos mayores, internos, pescadores artesanales y personas que cumplen servicio militar voluntario.
La EBA cuenta con tres niveles: inicial e intermedio (primaria) y avanzado (secundaria) y con educación presencial, semipresencial y a distancia.
Esta modalidad permite que las personas concluyan su educación básica de forma gratuita.