En las vísperas de fiestas de fin de año por Navidad y Año Nuevo 2025 en el emporio comercial de Gamarra, el caos que se vive es inminente: calles repletas de gente, robos a la orden del día y presencia de militares solo para la foto; así lo cuenta Edward Raymundo, el presidente de la Federación de empresarios de Gamarra (Fedegama).
Sin embargo, esta situación no es atípica, durante años, Gamarra ha sido escenario de la informalidad e inseguridad ciudadana. Ello no ha cambiado pese a que el distrito de La Victoria ha sido declarado en emergencia el pasado 6 de diciembre con la promesa de numerosa presencia militar y efectivos que custodien la zona.
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El caos de fin de año en Gamarra no se ha evitado pese a la declaratoria de emergencia en La Victoria. De acuerdo al representante de empresarios, Edward Raymundo, el plan de Navidad Segura que presentó la Municipalidad de Lima no existe y de la presencia militar que anunció, entre bombos y platillos, el alcalde Rubén Cano, no queda nada.
"El cambio de ubicación no funciona, roban un montón, hasta tres veces más, en 28 de julio y Parinacochas hay un cuello de botella. Ayer domingo fue todo un caos, tierra de nadie, gracias a dios no hubo incidencias", expresa el vocero de los 104 empresarios, entre textileros, inmobiliarios, mayoristas textiles, confeccionistas y habidos de Fedegama.
A ello se suma la informalidad de cientos de comerciantes ambulantes de diferentes rubros que utilizan las calles de Gamarra como su principal área de negocio. Los vendedores de comida transportan en carretas peroles de aceite, en muchos casos, caliente, para freír en sus locales, generando un riesgo para miles de peatones que transitan por la zona.
Raymundo aseguró que, si bien los años anteriores contaban con 350 a 400 efectivos para resguardar el emporio, ahora los empresarios pagan su propia seguridad: "El 30 y 35 % invierten para que sus clientes ingresen a sus tiendas. (Abarca) desde la entrada hacia afuera, pistas, veredas y retiros, que es en donde se ponen los ambulantes sin control municipal".
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Además, el plan de rutas implementado por la Autoridad de Transporte Urbano en Lima y Callao (ATU) no ha menguado el intenso tráfico que se registra en estas fechas. Raymundo aseguró que ello se debe a que no existió una mesa de trabajo con los empresarios de Gamarra. "No funciona porque no hay autoridad, no hay policía tránsito", indicó.
Las modificaciones en el transporte público anunciado por el alcalde Cano, en colaboración con la ATU, falló en un punto específico: la falta de coordinación con el principal motor del emporio, los empresarios. Alrededor de 28 rutas de transporte han sido desviadas al jirón Parinacohas desde el jirón Huánuco, pero solo ha originado más congestión vehicular.
Asimismo, los índices de delincuencia se mantienen igual que hasta antes del estado de emergencia, asegura Raymundo: "Crimen es igual, fallecidos, robos, siempre ha sido fuerte". Añadió que son los mismos ambulantes quienes piden cupo para dejar trabajar a otros en las calles y que la presencia de un sereno ya no es señal de autoridad, pues hasta los fiscalizadores están involucrados en estos actos irregulares.