Evans suele pasar casi 4 horas en el teléfono inteligente. Él tiene apenas 8 años y cursa el segundo de primaria en un colegio privado de San Martín de Porres. En las tardes, después de regresar de la institución, enciende el celular con cierto entusiasmo y comienza a visualizar videos en TikTok.
Mientras almuerza lentamente en la mesa de madera, el niño se concentra en revisar los contenidos de Mr. Beast, Ramirin y Fede Vigevani. Luego abre WhatsApp y se pone en contacto con un amigo de la escuela. Ambos deciden comunicarse por videollamada y entretenerse en un juego online.
Sin embargo, la psicoterapeuta Elizabeth Díaz comentó a La República que los menores adictos al móvil tienden a presentar dificultades para reconocer sus emociones y establecer interacciones efectivas con sus pares. Además, la experta indicó que el uso desmedido de la tecnología se fomenta usualmente en la propia casa.
El Ministerio de Salud (Minsa) aseguró que los aparatos tecnológicos proporcionan una gran cantidad de estímulo que perjudica la concentración de los niños en actividades cotidianas. Foto: difusión
Segundos antes de distraerse con los juegos online, el niño activa el modo 'No molestar' del teléfono. Así previene posibles interrupciones de llamadas telefónicas. Él se divierte con Roblox, Minecraft, Dream League Soccer 2024 o EA Sports FC Mobile.
"El comportamiento de Evans ha cambiado desde que empezó a utilizar el smartphone. Ahora quiere estar aferrado al aparato en vez de realizar otras actividades", confesó Jazmín a La República. Ella, madre del pequeño y abogada de profesión, trabaja de lunes a viernes en una entidad del Estado. Y llega alrededor de las 7 de la noche al hogar. A partir de esa hora, prohíbe que su unigénito manipule el celular. Solo en sus días de descanso se dedica a pasar tiempo de calidad con su menor hijo.
La psicóloga Annel Sanchez señaló a este diario que la falta de supervisión parental permite a los niños y adolescentes pasar largos periodos en el móvil. "Se debe monitorear el uso del teléfono para evitar riesgos asociados, como la exposición a contenidos inapropiados o el contacto con personas inescrupulosas", alegó la especialista.
La psicoterapeuta Elizabeth Díaz comentó a La República que los menores adictos al móvil tienden a presentar dificultades para reconocer sus emociones. Foto: composición LR
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el acceso a internet en niños de 6 a 11 años aumentó de 74.9% en el 2023 a 77.1% en el 2024. Para contrarrestar la adicción del celular en infantes, la psicoterapeuta Elizabeth Díaz sugirió que los padres e hijos tienen que participar activamente en talleres, juegos de mesa o actividades recreativas. De igual manera, la psicóloga Sanchez advirtió que la dependencia al teléfono puede prevenirse creando entornos armónicos que fortalezcan las relaciones interpersonales, estimulen la conversación y el intercambio de ideas, promuevan la escucha activa y el respeto hacia las opiniones de los niños.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la adicción a los videojuegos como un nuevo trastorno mental. Este comportamiento ha sido clasificado como una enfermedad dentro de la categoría de 'uso de sustancias o comportamiento adictivos'.
Asimismo, la OMS detalló que este trastorno se manifiesta a través de tres aspectos principales: incapacidad para controlar el tiempo, la duración y el contexto del juego; priorización del juego sobre otras actividades esenciales; y persistencia o intensificación del juego pese a las consecuencias negativas.
En esa misma línea, se aseguró que la adicción a los videojuegos puede causar angustia o deterioro en el ámbito personal, familiar, social o educativo. Adicionalmente, el Seguro Social de Salud (Essalud) informó que este fenómeno se considera la nueva "droga digital".
La psicoterapeuta Díaz aconsejó que se debe restringir el uso del teléfono en niños menores de 2 años. "Para infantes de inicial y primaria se recomienda un máximo de 2 horas diarias. En cambio, los adolescentes pueden estar 3 horas al día", puntualizó.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció la adicción a los videojuegos como un nuevo trastorno mental. Foto: difusión
Por otro lado, la psicóloga Sanchez aclaró que el celular no tiene que ser la actividad predominante en el tiempo libre de los niños. "Si permanecen 8 horas en el móvil existe el riesgo de desarrollar una adicción a mediano o largo plazo. En promedio se sugiere un uso de 2 horas diarias, según la edad del niño", dilucidó.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Mental, el uso excesivo de dispositivos electrónicos puede afectar negativamente el desarrollo normal de los niños, provocando problemas de conducta, trastornos del sueño, así como síntomas de depresión y ansiedad infantil. Además, la institución reconoció que la exposición exagerada ocasionaría retrasos cognitivos, propiciaría el aumento de la impulsividad y la falta de autocontrol. Hasta generaría trastorno bipolar.
Jazmín, madre de Evans, admitió que su hijo se ha vuelto rebelde, contestón y renegón desde que empezó a usar el celular. "A veces no quiere hacer caso por estar pegado al teléfono. Llora, grita, reacciona mal", contó, con una voz engolada.
El Ministerio de Salud (Minsa) aseguró que los aparatos tecnológicos proporcionan una gran cantidad de estímulo que perjudica la concentración de los niños en actividades cotidianas. "Entonces, con la interacción humana, se aburren con mayor facilidad. [...] Los casos de mayor gravedad necesitaban ayuda profesional. Por eso, se debe prestar atención a señales como falta de horas de sueño, trastornos alimenticios. Ellos suelen orinarse debido a que priorizan el juego antes que ir al baño", apostilló el Minsa.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el acceso a internet en niños de 6 a 11 años aumentó de 74.9% en el 2023 a 77.1% en el 2024. Foto: composición LR
De igual modo, la psicoterapeuta Elizabeth Díaz mencionó otros indicadores para identificar a niños adictos al móvil: irritabilidad, desinterés por el colegio, falta de higiene, pesadillas, poca interacción social. "Hay un cambio evidente en la rutina. Se aíslan y dejan de compartir momentos. Y, cuando se regula el tiempo para el uso del celular, los pequeños realizan episodios de rabietas", expresó la psicóloga Annel Sanchez. Incluso avisó que esta obsesión con el teléfono "tiene un efecto a nivel neurobiológico" que deteriora la atención del menor.