En San Isidro, un caso dramático ha captado la atención de la comunidad. Silvana Rivas, una mujer que lleva 20 años viviendo en un auto abandonado en la Residencial Santa Cruz, se encuentra en una situación crítica. Aunque tanto la municipalidad como el Ministerio de la Mujer están informados sobre su situación, aún no se han tomado medidas efectivas para resolver el problema. Los vecinos, alarmados por las condiciones en las que vive Rivas, han levantado su voz en busca de asistencia y una solución urgente.
La presidenta de la junta de propietarios de la Residencial Santa Cruz reveló en una entrevista con Panamericana Televisión que el caso de Rivas ha sido conocido por las autoridades desde hace tiempo. A pesar de las gestiones realizadas por la Defensoría Municipal del Niño y el Adolescente (Demuna) y la derivación al Ministerio de la Mujer, no se ha logrado una solución concreta.
El auto de Silvana Rivas luce tapado con diferentes pegatinas. Foto: Captura Panamericana Televisión
Según la presidenta, Rivas vive en el auto desde que era pareja de un antiguo residente de la casa 405, la cual fue vendida hace años. Asimismo, si bien la mujer afirma que el auto es prestado, las investigaciones confirmaron que el vehículo está registrado a su nombre. Los vecinos han señalado que la situación se ha vuelto insostenible.
La representante de la junta expresó su preocupación por el estado de salud mental de Rivas, quien, según los vecinos, ha mostrado comportamientos agresivos y preocupantes. La situación es particularmente inquietante para los residentes y los menores que transitan por la zona.
Rivas, por su parte, ha tratado de adaptar el interior del auto a su manera, cubriendo las ventanas con pegatinas y manteniéndolo en un estado relativamente habitable. A pesar de las difíciles circunstancias, afirma que cuenta con el apoyo de una amiga que le proporciona una ducha y cobertura médica.
Además, menciona que ha logrado mantener su actividad laboral como docente de alemán y asesora de imagen, lo cual le permite cubrir sus necesidades básicas.
“Estoy muy bien. El de arriba me ayuda y el ángel de mi madre también. Doy clases de alemán a personas que van a viajar, pongo un aviso en internet. He sido asesora de imagen con una señora muy conocida. Mi departamento está alquilado, hice un contrato por cinco años y me pagaron”, dijo Rivas.
La mujer evitó ser captada por las cámaras de televisión. Foto: Captura Panamericana Televisión
Hasta el momento, ni la municipalidad de San Isidro ni el Ministerio de la Mujer han emitido un pronunciamiento sobre el caso. La situación sigue sin resolverse, y los vecinos continúan preocupados por el impacto que la presencia prolongada de Rivas en el auto tiene en su comunidad. Las autoridades están llamadas a intervenir de manera efectiva para ofrecer una solución digna y resolver este caso que lleva dos décadas sin una respuesta adecuada.