”Sí, es verdad, yo la maté. El motivo no es el que dicen, pero sí, yo la maté; lo reconozco”. Abel Antonio Chilipo Damián confesó sin remordimientos el asesinato de G. L. P. L., su expareja y madre de sus dos hijos, la misma que fue hallada descuartizada la mañana del miércoles en la playa Boca del Río, en el distrito de Mala, al sur de Lima.
Su declaración fue impactante, sobre todo para el padre de la víctima, Juan Peña Huamaní, con quien el homicida acudió, lloroso, a la comisaría para “colaborar con las investigaciones”.
G. L. P. L. se convirtió en la víctima número 69 de feminicidio en lo que va del año, según la asociación Familias Unidas por Justicia: Familiares de Victimas de Feminicidios.
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Mientras recibían la declaración de Juan Huamaní, los agentes notaron actitudes sospechosas de parte de Abel Chilipo. Lo condujeron a otro ambiente, donde procedieron a interrogarlo. Abrumado por los sentimientos de culpa, aceptó ser el autor material del feminicidio de su exconviviente.
Confesó que cometió el crimen a las 2.00 de la tarde en su domicilio ubicado en Mala. “Terminamos de almorzar, le pregunté por qué tenía descuidados a los niños y discutimos. La ahorqué con mis manos y luego trasladé el cadáver en mi mototaxi”, detalló.
Y continuó: “Luego, al promediar las 10.00 de la noche, la llevé cerca a la playa Totoritas donde seccioné el cuerpo y arrojé las partes al mar. Todo eso lo hice solo”, manifestó el confeso asesino.
Ayer, en sus redes sociales, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables informó que, a través del Programa Nacional Aurora, el Mimp viene brindando atención integral a los hijos y demás familiares de la víctima de feminicidio cometido presuntamente por su expareja, quien está detenido.
“Exigimos que se aplique la máxima pena para el responsable de este crimen atroz”, indicaron.
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El alcalde de Mala, Julio Marquinho Espichán, también condenó el crimen y dijo que trabajan para atender la salud mental de la población.
Las autoridades no han establecido si la víctima fue ejecutada en el lugar o si el cadáver fue arrojado desde un auto. No era de ese barrio.