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Sociedad

La Victoria: capturan a Los Cómicos de Apolo, policías que llevaban a detenidos a cajeros para cobrar coima

Corrupción y robo. 3 policías y 1 civil fueron intervenidos por formar parte de Los Cómicos de Apolo, organización criminal que operaba desde marzo del 2024.

larepublica.pe
La red criminal engañaba a civiles para obtener coimas. Foto: composición LR

La Policía Nacional del Perú (PNP) y el Ministerio Público, en un operativo contra la corrupción, detuvieron a Los Cómicos de Apolo, banda conformada por efectivos que, con el uniforme de la Policía, detenían a civiles para engañarlos con una falsa infracción y hacerlos pagar una coima con tal de liberarlos. Este tipo de delito contra la administración pública está tipificado como concusión o abuso de poder.

El operativo fue gestionado desde la Segunda Fiscalía Provincial Corporativa Especializada en Delitos de Corrupción de Funcionarios de Lima Centro, perteneciente al sexto despacho de investigación. Se identificó que las zonas de acción que los malos agentes eran La Victoria, Santa Anita, San Juan de Lurigancho, Manchay y Chosica

Los delincuentes que conformaban la banda fueron identificados como el alférez de la PNP Luis Armando Guerra Quispe, que recientemente habría egresado de la Escuela de Policías; el suboficial de segunda Raffo Hevert Romero Romero; el suboficial de tercera Cesar Gregorio Aguilar Lora; y el civil Richard Andrés Llontop Mamani. Estos cuatro delincuentes constituían la red de coimas, que desde el mes de marzo venía realizando extorsiones al paso.

Con la información recabada durante las investigaciones, las autoridades determinaron allanar las moradas de los delincuentes, así como vigilarlos en sus centros de trabajo, a fin de armar el rompecabezas del esquema de su modus operandi. También se allanó la comisaría de Apolo para encontrar evidencia de las coimas.

Extorsión y coimas al paso

Los Cómicos de Apolo tenían una forma de actuar en particular: se valían de formar parte de la PNP para coaccionar a los civiles, a quienes les decían que podían colocarles alguna infracción, multa o papeleta. Muchas veces, los corruptos efectivos intervenían de manera arbitraría a cualquier transeúnte de la calle.

Se movilizaban en un auto o a pie. Según las indicaciones del viceministro de Orden Interno, Juan Santiváñez, se posaban en las calles a esperar a cualquier víctima, a quien, posteriormente, le decían que si no tenía el monto establecido —que en realidad siempre era muy alto—, iba a ser acompañado hasta el cajero más cercano para que pueda retirar el dinero para pagar por su liberación de la supuesta infracción. ¿La cuenta en la que se depositaba a nombre de quién estaba?

El único civil de la organización criminal se encargaba de recaudar los fondos obtenidos del atraco: percibía en su cuenta de débito todas las transacciones de las víctimas. Como era alguien externo a la Policía, pensó que no sería rastreado.

Uno de los hechos que más indignantes que realizó la banda fue la extorsión a Edwin James Ramiro Huamán, quien se resistió al chantaje y no cedió ante el accionar de los agentes corruptos. Ante esto, los delincuentes le arrebataron de las manos su celular y efectuaron la transferencia de S/2.500 soles a la cuenta de Richard Andrés Llontop Mamani.