La zona más contaminada de Lima enfrenta una grave situación ambiental debido a la actividad constante de aproximadamente 28 ladrilleras, las cuales emiten humo y partículas dañinas. Este problema ha deteriorado significativamente la calidad de vida local, con niveles de contaminación que superan hasta en cuatro veces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
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Este lugar se encuentra en la urbanización El Paraíso, en Huachipa, al oeste del distrito de San Juan de Lurigancho. Hace 20 años, este sitio era una zona tranquila, rodeada de vegetación y aire fresco, un verdadero paraíso urbano. Hoy, el paisaje ha cambiado drásticamente: el aire está saturado de polvo y partículas nocivas, lo que convierte la vida cotidiana en un desafío para sus habitantes.
“El mayor contaminante proviene de las ladrilleras que utilizan biomasa para la combustión de los ladrillos (...). Este es un problema de Estado, no solamente un problema del Gobierno (...). El Ministerio de Salud, el Ministerio de Educación y Produce están al tanto, pero no hemos recibido respuesta hasta el momento”, manifestó Walter Fajardo, director de Evaluación Ambiental del OEFA, a 'Panamericana'.
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La denominación de 'Chernóbil limeño' surge por la operación intensiva de aproximadamente 28 ladrilleras, tanto formales como informales, que emiten constantemente humo y partículas perjudiciales al ambiente. Los habitantes de la zona lo han catalogado como 'el veneno invisible'.
"Feriados, domingos, no hay ningún día del año en que descansen; más aún, emiten este humo tan perjudicial para nuestra salud durante todo el día, las 24 horas", expresó una vecina de la zona al dominical.
Vecinos exigen una mejor calidad de vida. Foto: captura de Panamericana
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Los ciudadanos de El Paraíso están desesperados por soluciones. Muchos han abandonado la zona huyendo de la toxicidad, mientras que otros sufren a diario los efectos de la contaminación. "He tenido que irme; no puedo permitir que mis hijos crezcan en este ambiente", comentó un exresidente que prefirió mudarse por la salud de su familia.
Otro lugareño manifestó: "He ido a la OEFA, al Ministerio de la Producción y a la municipalidad; he preparado todos los documentos. Cuando comencé a gestionar los papeles, llegaron en una mototaxi y me amenazaron de muerte. Me dijeron que no me involucrara con las ladrilleras, que ellos controlan todo aquí".
El olor que emiten estas ladrilleras son insoportables. Foto: captura de Panamericana
A pesar de los esfuerzos comunitarios para resolver problemas mediante el diálogo con las autoridades municipales y los ministerios, aún no se han establecido medidas efectivas para fiscalizar y regular estas industrias de manera adecuada. Desde 2022, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) instaló un sensor de calidad del aire en el techo del Colegio 1224 - Lurigancho, en Lima.
Este dispositivo ha revelado que los niveles de contaminación en la zona superan hasta cuatro veces los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ya que estas ladrilleras utilizan biomasa como principal contribuyente de partículas PM10.